Podría haberse hecho famoso por ser uno de los futbolistas más atractivos de Gran Bretaña (con permiso de Beckham). Pero la casualidad o la suerte le llevaron a viajar a Barcelona, enamorarse de la ciudad y ser descubierto por la agencia de modelos Elite, que lo convenció rápidamente para colgar las botas y ponerse detrás de una cámara. Porque Stephen James se crece detrás de cada fotografía: sea exhibiendo sus facciones perfectas o dejando ver el mosaico tatuado que cubre cada centímetro de su piel. Una pasión que el ‘top model’ potenciará en cuestión de días abriendo el mayor centro de tatuajes de España -si no de Europa- en pleno centro de Barcelona, en la calle de Trafalgar.

A sus 27 años y tras siete en el mundo de la moda, su currículo con el balón abarca de la selección nacional juvenil de Escocia a partidos en la liga chipriota, mientras que en su book destellan sus trabajos para Diesel o Calvin Klein, entre otros. Pero si el éxito en el siglo XXI se mide en fans en las redes, no hay duda de que fue una campaña con la supermodela Irina Shayk en verano del 2017 la que lo propulsó hasta los 2,3 millones de seguidores. Y también lo multiplicó por el ciberespacio haber compartido escenario con Madonna durante una actuación de la diva en Suiza.

Lo fácil es llamarle ‘el modelo de los tatus’, porque su fibrado cuerpo ejerce de lienzo para que la tinta corra por su piel. Contemplarlo es como ir a una exposición: en un hombro la cara de Dalí, y en el otro la reina Isabel, en una mano Oscar Wilde, Frida Kahlo, Morrisey… conviven con calaveras y símbolos. Su piel está estampada hasta el perfil de su rostro, “intocable”. Tiene claro que allí está el límite para seguir siendo un reclamo para grandes marcas y portadas de revista.

NUEVO EMPRESARIO

El primer dibujo en su cuerpo fue, a los 17 años, una estrella de David. Precisamente, su nombre en hebreo, Elijah, es el que abanderará su nuevo negocio: ‘Who is Elijah’, también su identidad en las redes sociales. El top model ha invertido ahora sus prioridades y cuenta que solo dedica unos pocos días al mes a la moda -recorriendo mundo-, mientras centra su energía en el proyecto barcelonés. ¿Que por qué la capital catalana? Adora que sea una “ciudad abierta” que ya conoce mejor que el propio Londres, y que le ha arropado. Solo pide que nadie robe su cosmpolitismo ni su proyección.

James vive a un paso del paseo de Gràcia, pero nunca por encima de la Diagonal, donde cree que su look tal vez resultaría inquietante para quien no lo conozca. Y eso que bajo la tinta, lo que brilla es un tipo extraordinariamente educado, respetuoso y listo. Con claro olfato para explotar su pasión. Explica a EL PERIÓDICO que mucha gente le pregunta dónde se hizo tal o cual tatuaje. Y que el recuerdo no siempre fue bueno, porque faltan lugares limpios, luminosos y con estilo para imprimirse el cuerpo. Una situación que revertirá con el gigantesco local que está transformando en la calle de Trafalgar, 6, (junto a Urquinaona) y que inaugurará en los próximos días.

En planta baja a nivel de calle, habrá seis cabinas de tatuaje (para hombres y mujeres) y una amplia zona de peluquería masculina. Cuenta que en la capital británica conseguir hora para un buen corte puede suponer días de agónica espera y cree que en Barcelona puede disparar estilismos a la última y con el “mejor servicio”, siempre una sonrisa, música de fondo, abierto a diario en horarios XXL y ambiente cool.

Para que quede claro que aquel no es un espacio cualquiera, el sello del modelo será omnipresente, algunos de sus tatus se han reproducido en la cerámica que cubrirá los suelos. En un futuro, dotará también de vida a la planta bajo tierra, donde hay potencial para acoger exposiciones, eventos y lo que uno (míster Elijah) sueñe.

El nuevo empresario planea abrir centros también en Madrid y Valencia. Pero de momento ultima los detalles de la que será una de las inauguraciones del año en Barcelona, con famosos cinco estrellas llegados de lejos.