Preguntar a Txumari Alfaro por alguna dolencia es como preguntar a un chamán de la selva amazónica o a un bereber del desierto: tiene soluciones naturales para todo. Incluso es capaz de detectar unas anginas palpando la muñeca o saber que un resfriado es causado más por problemas de estrés o preocupaciones que por un simple choque térmico o un virus de los múltiples que existen.

"Los médicos salvan vidas tratando enfermedades agudas, pero con las crónicas te inscriben en el club de la pastillita", explica Alfaro con motivo de la presentación de su octavo libro, Un cuerpo para toda una vida . Reproduciendo las palabras de uno de sus profesores más admirados de EEUU --donde estudió naturopatía-- "en la naturaleza existe una planta para todos los males y no hace falta recurrir a los antis --antiinflamatorios, antibióticos, etc-- porque la mejor solución es la prevención".

El presentador de la Botica de la abuela escribe, por ejemplo, que los dolores de espalda se reducen masticando hojas de rábano, los labios agrietados mejoran con miel y los catarros se previenen con infusiones de malva y escaramujo. Y defiende a capa y espada una dieta equilibrada: "La salud y la enfermedad entran por la boca".

Y bien podría preguntarse a ministros, gobernadores y algún presidente de gobierno que, indirectamente, ha acudido a él para pedir consejo. "Al final, la medicina natural debería ser un complemento a la tradicional para que cada uno eligiera cómo le gustaría tratarse sus dolencias", valora. Eso sí, es imprescindible quererse uno mismo y a los demás porque "el amor es una medicina milagrosa".