Uma Thurman llega hoy a la cincuentena. Su vida está tan trufada de películas importantes (Henry y June, Pulp fiction, Los miserables, Kill Bill, La casa de Jack) como de complicadas situaciones familiares y sentimentales, a lo que hay que añadir el haber sido una víctima del productor-depredador Harvey Weinstein, ahora entre rejas.

Su caso salió a la luz en el 2018. En una entrevista con The New York Times, Thurman se sumó a las denuncias contra Weinstein por agresión sexual y relató que primero la había invitado a la sauna de su habitación en un hotel de París. Y después, en un hotel londinense, «trató de lanzarse sobre mí y de exhibirse, haciendo todo tipo de cosas desagradables». Esto ocurrió a mediados de los 90, cuando gracias al éxito de Pulp fiction (1994), era una de las estrellas femeninas de Miramax. En una posterior cita de teórica reconciliación, el productor amenazó con destruir su carrera. Ella calló pero no olvidó y el Día de Acción de Gracias del 2017, fue muy explícita con Weinstein a través de Instagram, deseando felices fiestas a todo el mundo. «Excepto a ti, Harvey, y a todos tus malvados conspiradores. Me alegra que sea una lenta agonía», añadió.

Su infancia y juventud no estuvo exenta de problemas. Nacida en Boston, el 29 de abril del 1970, Thurman representa la idea del cruce cultural. Aunque de nacionalidad estadounidense, su madre nació en Ciudad de México, su padre es neoyorquino de origen escocés, irlandés y alemán, y sus abuelos maternos son alemanes y suecos. La madre, Nena Thurman, fue modelo y antes había estado casada con Timothy Leary, uno de los gurús del LSD en los 60. Su padre, Robert Thurman, es profesor de estudios indo-tibetanos y máxima autoridad en budismo. De ahí su nombre, puesto en honor a la diosa india Uma, esposa del dios Shiva y conocida también en la religión hinduista como Parvati.

ALTA Y DESGARBADA / La familia se mudaba constantemente. Esta itinerancia, su excepcional estatura -1,80 metros- y los pies demasiado grandes, llegaron a acomplejar e incomodar a Uma. Muy delgada también, de apariencia desgarbada, suponía igualmente un ejemplo de nueva belleza.

Instalada en Nueva York, apareció en portadas de revistas y tuvo sus primeros papeles de importancia en dos filmes del 1988, Las aventuras del barón Munchausen y Las amistades peligrosas, donde seducida por el personaje de John Malkovich, ya mostró el potencial de su sexualidad. Que encarnara a la esposa de Henry Miller en Henry y June (1990) fue un paso más hacia esta nueva iconografía sexual.

Tras varios reveses comerciales -entre ellos el de Ellas también se deprimen (1993), un filme de Gus van Sant- y de no tener éxito en las pruebas para Pretty woman (1990), Tarantino la rescató en Pulp fiction y sus dos celebradas secuencias, la del baile con John Travolta y la de la sobredosis de heroína. Tarantino la consideraba su musa y con él aceptó filmar unos largos planos de los dedos de sus pies en Kill Bill (2003). Pese a ello, el recuerdo no es especialmente halagüeño, ya que acusó al director de poner en peligro su vida en la secuencia del accidente de coche en Kill Bill.

Los años 90 fueron los mejores para ella. Incorporó a la villana Hiedra Venenosa en Batman & Robin (1997) y fue una encomiable Emma Peel en Los vengadores (1998), formando pareja muy cool con Ralph Fiennes. También pudo interpretar a Marlene Dietrich en un biopic que planeaba el director francés Louis Malle, pero tras la muerte de este en 1995, el proyecto se canceló.

Su vida amorosa ha sido ajetreada. Casada durante un año y medio con el actor Gary Oldman, entre 1990 y 1992, en mayo del 1998 contrajo matrimonio con Ethan Hawke, con quien formó pareja en Gatacca (1997) y La cinta (2001). Hawke la dirigió en Chelsea walls (2001), tuvieron dos hijos, Maya Hawke (vista en Érase una vez en… Hollywood y en Stranger things) y Levon Thurman-Hawke, y se divorciaron en el 2004.

Después mantuvo una larga relación con el hotelero André Balazs. En el 2008, Thurman anunció su compromiso con el financiero anglo-francés Arpad Busson, con quien tiene una hija, pero un año después lo cancelaron y su historia ha sido la de una cadena de encuentros y desencuentros hasta el 2017. También se le conocen relaciones con los actores Timothy Hutton -en el 1995, cuando hicieron juntos Beatiful girls y John Cusack, y le fue atribuido un romance con Robert De Niro, con quien protagonizó La chica del gángster en 1993.

Su presencia disminuyó en importancia a partir del 2000, no así su cuenta bancaria. La película por la que ha cobrado más dinero no es precisamente la más lustrosa de su carrera, Mi súper exnovia (2006). Se embolsó casi 13 millones, una barbaridad comparados con los 275.000 de Pulp fiction.

IMAGEN DE LANCÔME / La firma de cosméticos Lancôme la contrató en el 2000 como imagen. El lucrativo acuerdo era de cinco años: Thurman cobró por los dos primeros 5,3 millones de euros y, por los siguientes, casi tres. El contrato concluyó pero, en mayo del 2008, la actriz interpuso una denuncia a Lancôme por uso ilegal de su nombre e imagen y exigió un millón de euros de compensación. El motivo: constató que unos anuncios que había hecho para Miracle, una de las fragancias de la firma, seguían utilizándose en Canadá y diversos países asiáticos.

Este altercado en los juzgados coincidió con otra demanda, la que puso por acoso a Jack Jordan, un tipo desequilibrado y obsesionado con la actriz, a la que acechaba en la entrada de su apartamento neoyorquino. Jordan fue condenado por acoso grave y obligado a someterse a tratamiento psiquiátrico. El juez aceptó que su comportamiento había sido siniestro, pero no criminal.