Derecho al bar. Henri Paul, el chófer que conducía el coche en el que perdió la vida Diana de Gales, fue captado por las cámaras de vídeo del Hotel Ritz llegando al establecimiento a las 10 de la noche, el 30 de agosto del 1997, y dirigiéndose directamente al bar Vend´me. Dos horas después se puso al volante del Mercedes, con el trágico desenlace bien conocido. Junto a él, en el bar, estaban los guardaespaldas Trevor Rees-Jones y Kes Winglied.

Al mostrar la filmación en el alto Tribunal de Londres, el juez Scott Baker indicó ayer que Paul había pedido dos copas de Ricard, el famoso licor anisado francés. El magistrado explicó que no está claro si Paul también había bebido durante las tres horas previas que había pasado fuera del trabajo.

El nivel de alcohol consumido por el chófer es uno de los puntos en disputa. Sendas investigaciones, realizadas por las policías de Francia y el Reino Unido, concluyeron que Paul estaba borracho e iba a excesiva velocidad. Mohamed al Fayed, dueño del Ritz y padre de Dodi, niega que su empleado estuviera borracho y sostiene que las muestras de sangre analizadas del chófer fueron manipuladas.

En la sesión de ayer, las seis mujeres y los cinco hombres que componen el jurado vieron las imágenes finales de Diana subiendo al automóvil en el que perecería junto a su amante. La pareja intercambia gestos cariñosos, cogiéndose de la mano, muy sonrientes. En la filmación se puede ver a Henri Paul hablando con los fotógrafos que aguardaban frente a la puerta principal del establecimiento.

Los vídeos muestran cómo el personal de seguridad prepara una trampa para despistar a los paparazis. La idea era sacar a Diana y Dodi por la puerta trasera. Paul, sin embargo, parece informar de la treta a 2 fotógrafos.

UNA CINTA CASERA En el alto Tribunal también fue presentado un vídeo casero, filmado por un turista australiano, que recoge el nivel de expectación suscitado por la presencia de Diana. El jurado ha sido informado de que en el momento de la muerte de Diana se encontraban en París miembros de los servicios secretos exteriores británicos. Al Fayed insiste en que los agentes, siguiendo las órdenes del duque de Edimburgo, tenían como misión eliminar a la princesa.

Es muy posible que quien era en 1997 el embajador británico en Francia, sir Michel Jay, sea llamado a declarar. También se espera la comparecencia de ReesJones, el único superviviente de la tragedia, que sufrió gravísimas heridas y amnesia. Otra declaración importante será la de Henri Paul, el mayordomo de Diana, al tanto de detalles más íntimos. Paul quizá pueda confirmar si la princesa estaba embarazada de Dodi y si tenía intención de casarse con él.

Los miembros del jurado se desplazarán este fin de semana al lugar de los hechos, para visitar el lunes y el martes las dependencias del Hotel Ritz y el túnel del puente del Alma.