A pesar de su prolongada ausencia de los escenarios, Amy Winehouse sigue despertando pasiones. La chica es un trofeo y hay quienes darían lo que fuera por verla actuar de nuevo. Un millón de libras (1,18 millones de euros), por ejemplo. Eso es lo que ha pagado un misterioso hombre de negocios ruso por un show privado de dos horas de la cantante británica en Moscú el pasado fin de semana. Se trataba del primer concierto completo de Winehouse y su banda en dos años, en los que ha estado retirada, batallando con su turbulenta vida sentimental, el alcohol y las drogas, que la pusieron al borde del precipicio.

Quienes la vieron en la capital rusa usaron el mismo adjetivo: "Fantástica". "Amy estuvo estupenda y hubo muy buena comunicación con el público. Tiene muchos fans en Rusia y, a juzgar por la reacción del público, no decepcionó a nadie con su concierto", ha contado un amigo de la cantante presente en el concierto. Entre el público que acudió a tan exclusiva cita estaban el oligarca Mikhail Prohorov y el presidente de la federación rusa de fútbol, Sergei Kapkovym.

Los organizadores habían reservado para la artista una lujosa habitación en el centro de la capital moscovita, pero Winehouse al parecer tenía prisa, y se las ingenió para ir y volver en el mismo día a Moscú. Otro oligarca, el famoso propietario del Chelsea, Roman Abramovich, ya había contratado a la artista en el 2008 para cantar en la inauguración de la galería de arte de su actual compañera sentimental, Daria Zhukova. La británica, de 27 años, es muy popular en Rusia.

ASPECTO MAS SALUDABLE Si las cosas no se tuercen, el 2011 será el año del retorno por la puerta grande de Winehouse. Muy recuperada físicamente, con un aspecto más saludable tras una estancia en Barbados, en las próximas semanas la cantante actuará en una gira de seis conciertos en Brasil. Allí pasará las Navidades y el Año Nuevo.