Anna Wintour (en la foto de la derecha), la temida editora de la edición americana de Vogue que inspiró la película El diablo se viste de Prada, protagonizada por Meryl Streep, podría perder su trono. Su contrato con la publicación, conocida como la biblia de la moda, finaliza en enero. La caída en picado de las ventas y el bajón publicitario han dejado tocada a la publicación. Y si con la caída de los ingresos hay que seguir pagándole un sueldazo de 1.700.000 euros al año --más extras de 30.000 euros--, la inglesa, distinguida como miembro de la Orden del Imperio Británico, ya no resulta tan rentable para el imperio editorial Condé Nast.

Su antecesora en el cargo, Grace Mirabella, dijo al New York Post que "Anna siente que lo ha hecho todo y ya tiene suficiente". Carine Roitfeld, editora del Vogue francés (a la izquierda, con su hija), figura como posible sucesora de Wintour.