No debe de resultar fácil ser Zac Efron. La fama mundial que le ha dado su participación en películas como High School Musical y Hairspray ha hecho de él un chico comedido. Sabe que cada salida de tono que tenga en una entrevista acabará retumbando en la otra punta del planeta en cuestión de segundos. Quizá por eso, ayer medía cada palabra en un encuentro con la prensa en Madrid con motivo de la presentación de su nuevo filme, Siempre a mi lado, que se estrenará el 1 de octubre. Lacónico, el actor confesó: "Echo de menos la libertad para expresarme que tenía cuando no era famoso. Ahora, todo lo que digo y hago se convierte en un acontecimiento".

En su próxima visita a la cartelera --un drama romántico con tintes religiosos--, Efron se aleja del perfil Disney que le dio popularidad y aborda su primer papel dramático. A sus 22 años, el actor quiere darle un giro a su carrera. "No tengo el control sobre mis fans. Elijo las películas en función de mi criterio, no me afecta el qué dirán. Asumo que es imposible gustarle a todo internet", señaló.