El proceso para la privatización de la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) arrancará oficialmente hoy, con una convocatoria pública para que las entidades financieras presenten ofertas para realizar una valoración de la empresa que servirá de base en la venta de la compañía, que tiene 600 empleados en Extremadura.

Según fuentes del comité intercentros de Cetarsa, la decisión fue comunicada ayer a los representantes sindicales por el delegado en Extremadura de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y por el propio presidente de Cetarsa, Isidoro Hernández Sito. Estas mismas fuentes apuntaron que la intención de la SEPI es acelerar en lo posible los trámites, de manera que la salida a subasta de la compañía se produzca en septiembre u octubre.

Por su parte, Hernández Sito se mostró muy ambiguo respecto a este asunto, y declaró que "posiblemente salga (a la venta)... o no", y agregó que "en cualquier caso, esa decisión corresponde a la Sepi, y yo no sé nada".

Tampoco desde la sociedad estatal hubo un pronunciamiento claro, y un portavoz de ésta se limitó a comentar que la posibilidad de privatización "está ahí", aunque agregó que "hoy (por ayer) no hay nada de esto".

Por contra, el comité intercentros lo tiene bastante claro, y la fuente ya mencionada declaró que se sabía que la Sepi esperaría a colocar la empresa de autopistas ENA antes de iniciar la privatización de Cetarsa. Ese proceso finalizó hace unos días pero, según la misma fuente, no se esperaba que la venta de la tabaquera arrancase tan rápido.

De cualquier modo, los sindicatos ya han anunciado que se opondrán a la privatización, al considerar que la SEPI incumple los acuerdos para la regulación de empleo firmados hace ahora un año, y que contemplaban un plazo de tres años para poner en marcha actividades alternativas donde recolocar a los trabajadores que no tuvieran cabida en una Cetarsa de capital privado. Además, desde el comité intercentros ya se ha pedido la dimisión a Hernández Sito, puesto que el propio presidente de Cetarsa anunció que se iría si la compañía se privatizaba, aunque ahora parece menos dispuesto a cumplir con lo que había declarado.