El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore ha pedido hoy en Oviedo "valentía moral" para salvar el equilibrio ecológico del Planeta frente a la amenaza del cambio climático, una "verdad" de los científicos sobre la que llamó a "encontrar el consenso" necesario para concienciar a la sociedad. El presidente de la Alianza por la Defensa del Clima ha hecho esta afirmación durante su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias en la que ha recibido el galardón de Cooperación Internacional por su defensa del medio ambiente.

Gore, que ha comparado la violencia ejercida sobre la tierra con el Holocausto judío durante la II Guerra Mundial, con algunas de cuyas víctimas compartió el escenario del Teatro Campoamor. A su juicio, los responsables del Museo del Holocausto de Jerusalén, premio de la Concordia, representan a una institución que "levanta" la conciencia sobre la verdad del pasado al igual que los científicos tratan ahora de "elevarla a lo que podría suceder en el futuro" si no se tiene en cuenta el desequilibrio ecológico.

"Depende de nosotros en el presente elegir el futuro en el que vamos a vivir", ha advertido el ex vicepresidente estadounidense. Citando a Gandhi, Gore ha asegurado que "la fuerza más poderosa de la humanidad es la de la verdad" y ha añadido que también le parece interesante la reflexión de su compatriota el escritor Ian Scott Peck, que describió el mal como la ausencia de la verdad.

La verdad de los científicos, ha subrayado Gore, es que puede haber consecuencias mundiales por la colisión de la actividad humana y el equilibrio ecológico. "Somos parte de la tierra, somos parte de la naturaleza y cuando ocasionamos violencia sobre ella amenazamos el futuro de la humanidad", ha proclamado Gore antes de aludir a la responsabilidad con las generaciones futuras que pedirán cuentas sobre la "valentía o cobardía" de la sociedad actual para salvar el equilibrio natural.

A su juicio, "debemos darnos cuenta de que tenemos todo lo que hace falta para salvar la integridad ecológica del planeta, menos la voluntad política, que es un recurso renovable".