Donde quiera que esté, quizás Shayla Cooper se arrepienta de haberla liado tanto como para que el Nissan Al-Qazeres se hartase de ella, pese a sus grandes números sobre la pista. El equipo extremeño fue justamente eso, un equipo, para conseguir una buena victoria ante el Sant Adriá (90-78). Repartir el balón la mayoría de las veces sale bien en el baloncesto.

Las locales recuperaron de inicio a Miriam Forasté, que hasta ahora no se ha perdido ni un solo partido de la temporada, pero que hasta el momento no había aparecido realmente en todo el curso. Terminó con 21 puntos y 7 rebotes cuando sus medias hasta ahora eran de 3,9 y 1,8.

Junto con Esther Montenegro, que se marcó otro partidazo, fue la jugadora más beneficiada por la marcha de Shayla Cooper. Aunque aparentemente tenía frío en el gélido Serrano Macayo --lucía una camiseta de manga larga bajo la habitual--, Forasté demostró estar on fire muy pronto, anotando 7 de los primeros 11 puntos de su equipo (11-11, min. 7).

Eso sí, ella y Montenegro tenían problemas con la hercúlea Mariam Coulibaly, dominadora de los tableros hasta que tuvo que retirarse momentáneamente por lesión.

Elena Corrales cerró el primer cuarto con un triple que suponía el empate (18-18) y los dos equipos siguieron con un acierto muy discontinuo después.

Costaba encontrar la fórmula para lograr dos canastas seguidas. Carbajal empezó a emplear la fórmula de Joy Brown-Adams como ‘4’ y hasta le dio algún minuto a Silvia Romero, dos consecuencias más de la ausencia de Cooper, todavía sin sustituta.

Las ideas no fluían en un partido plano y se firmaba un parcial prácticamente igual que en el primer cuarto para marcharse al descanso con 36-34.

SEGUNDA PARTE

La puesta en escena del Al-Qazeres fue bastante mejor tras el paso por los vestuarios. Un ‘2+1’ de Forasté situaba la máxima diferencia de la noche (44-36, min. 23). Llegó entonces el momento dramático con la lesión de Mireia Vila, que salió entre lágrimas de la pista. Eso pareció dejar algo tocadas al resto de sus compañeras, que no terminaban de acercarse en el marcador.

Forasté y Esther Montenegro seguían dominando las zonas, con mucho más ritmo en general. Eso ofreció un atisbo de ruptura, aunque una canasta desde medio campo de la base visitante Andrea Riley dejó un 64-55 al final del tercer cuarto.

El último acto empezó con otro triple de la norteamericana, lo que siguió apretando la situación (64-59, min. 31). Apareció entonces Brooque Williams con dos aciertos de mucho mérito que le quitaron ansiedad a la situación /71-62, min. 34). Era su debut en casa y dejó buenas sensaciones.

El Sant Adriá no iba a rendirse tan fácilmente y encadenó un parcial 0-6 a base de meter desde 6,75. Y llegó a empatar a falta de cinco minuto (73-73) ante la estupefacción general.

Un nuevo arreón local volvió a poner la situación de cara (82-75 a dos minutos) y esta vez ya fue definitivo. Acertó Carbajal con su arriesgada decisión de sentar a Williams para poner a Joy Brown-Adams y su capacidad para el trabajo defensivo en este momento decisivo. Sentenció un triple de Laura Quevedo, visiblemente motivada ante una de sus rivales para entrar en la selección española como Belén Arrojo. Hay que remar todavía, pero luchar por meterse entre los seis primeros reaparece en el horizonte. Otro gran Al-Qazeres es posible.