--Pitingo significa presumido.
--Sí, es un mote familiar. De mi padre, de mi abuelo... Y todos éramos presumidos. Así que yo he seguido la tradición.
--Canta porque es de familia de cantaores.
--No, porque mis hermanos no han tirado hacia el flamenco; de manera que yo podría haber sido otra cosa.
--Pero el hecho es que en su casa se cantaba.
--Eso sí. He escuchado a mi abuela, a mucha gente y muchas formas de cante.
--Y del aeropuerto, donde al principio recogía maletas, saltó a los escenarios.
--Cuando trabajaba allí lo compaginaba con el cante. Por la mañana en el aeropuerto, después a los tablaos, a la fiestas privadas. Así iba aprendiendo, hasta que llegó un momento en que no podía con las dos cosas.
--Alguien le diría: "Este canta bien. Que cante más".
--La gente me lo decía, sí. Primero lo hacía como acompañante hasta que al final empecé a hacerlo solo y aproveché la oportunidad. Ahora, sigo teniendo nervios, pero controlo mejor los escenarios.
--¿Qué clase de disco pensó para su debut?
--Un flamenco de palos clásicos con un toque moderno, más las aportaciones mías.
--¿Cuáles son?
--Puse un violonchelo, la soulería , una malagueña con coros y sobre todo las armonías de mi voz.
--¿La soulería?.
--Es un trabalenguas. No me salía a mí, que decía: "una bulería soul o un soul bulería". Y José Manuel Gamboa, con quien he escrito las letras, fue el que encontró el término
--Porque usted cantó gospel en Vallecas a los 15 años.
--Era un grupo de amigos del barrio, a los que le pedí que me dejaran cantar con ellos. Aprendí mucho.
--Este disco lo une a los Habichuela: padres e hijos (Ketama).
--Mi cante es meloso como sus guitarras, aparte de que son los mejores acompañantes.
--Quien canta en él es Carmen Linares.
--Llego un día para verme y le dije: "Si te apetece hacer algo...". Y puso su voz en los coros.
--¿Y sus letras qué dicen de hoy?
--Hay de todo. Hablan del amor, de cómo nos ven a los gitanos. Hay ecos del soul, del gospel.
--Hubo un tiempo en que el flamenco salía del dolor, de la pobreza. ¿De dónde sale hoy?
--De no poder pagar la factura de la luz. Ya no se pasa hambre y las letras deben responder a lo que se vive hoy.
--¿De quién ha aprendido más?
--Primero de mi gente, de mi familia. Luego de quienes escuché en Madrid cuando me vine desde Huelva. Y aún sigo escuchando, sobre todo a cantaores de la época antigua.
--¿Y que tienen ellos?
--Mucha personalidad, variedad. Era gente menos envidiosa, había más compañerismo entre ellos.
--¿Con qué palo se siente mejor?
--Depende del momento: una granaína, una soleá...
--En el 2004 cantó en Chicago. ¿Cómo mira un yanqui a un flamenco?
--Bastante mejor que aquí. Son gente más preparada musicalmente. Flipaban con una granaína.