Ciento treinta y nueve muertos y 57 heridos es el saldo del accidente que sufrieron ayer por la tarde los 234 pasajeros y nueve empleados de la empresa nacional de ferrocarriles turca que viajaban en un tren de alta velocidad entre Estambul y Ankara. El tren descarriló en la provincia de Sakarya, en el noroeste de Turquía, por causas que aún se desconocen. El tren formaba parte de un servicio puesto en marcha por el Gobierno turco hace un mes para reducir el tiempo de viaje entre las dos principales ciudades.

Parece descartado que la velocidad haya sido la causa del accidente. "El tren iba despacio, entre 75 y 80 kilómetros por hora", dijo un responsable de la empresa de ferrocarriles. Al menos cuatro vagones se salieron de las vías y se estrellaron unos contra otros, formando un amasijo de hierros en el que los equipos de rescate seguían buscando anoche supervivientes.