Frans van Anraat, comerciante de productos químicos, fue condenado ayer por el tribunal de La Haya a 15 años de cárcel por complicidad en crímenes de guerra cometidos en Irak. Van Anraat vendió al régimen de Sadam Husein, entre 1985 y 1989, productos químicos que permitieron a sus expertos fabricar armas de esa naturaleza, como el gas mostaza, que luego fueron utilizadas contra la población kurda de Irak. El tribunal no consideró la acusación de genocidio porque, aunque se cometió, no fue probado que Van Anraat conociera las intenciones de Sadam.