Los quince militares de la Armada británica capturados por Irán y liberados el pasado jueves han recibido autorización para poder vender su historia a los medios de comunicación, informó hoy el Ministerio de Defensa del Reino Unido. Aunque el reglamento castrense prohíbe ese tipo de prácticas, el Ministerio ha decidido conceder permisos a los soldados dadas las "excepcionales circunstancias" del caso y el enorme interés de la prensa.

"El personal de servicio no puede llegar a acuerdos financieros con los medios de comunicación", explicó Defensa en un comunicado. "Sin embargo -precisó la nota-, en circunstancias excepcionales, como la concesión de la Cruz de la Victoria (condecoración más importante de las Fuerzas Armadas británicas) o los hechos de los últimos días, se puede otorgar ese permiso".

Además, los militares, liberados por Irán el pasado día 5 después de trece días en cautiverio, que mantuvieron en vilo al Reino Unido, podrán quedarse con el dinero que reciban, añadió una portavoz del citado Ministerio. Según apuntan hoy varios diarios británicos, los soldados podrían llegar a ganar hasta 250.000 libras (367.500 euros, 492.500 dólares).

Faye Turney, de 26 años y la única mujer del grupo, ya ha vendido su historia a la cadena de televisión ITV y a un periódico por 100.000 libras (147.000 euros, 197.000 dólares), aseguran hoy los dominicales "Sunday Times" y "Sunday Telegraph". Turney, madre de una niña, se hizo famosa al aparecer en varios vídeos propagandísticos del régimen iraní, que también divulgó diversas cartas supuestamente escritas por ella en las que admitía haber invadido aguas jurisdiccionales persas.

Críticas a la decisión

No obstante, la decisión del Ministerio de Defensa fue criticada por los partidos de la oposición y algunos militares del Reino Unido. "Mucha gente que compartió la ansiedad de la detención de los rehenes sentirá que vender sus historias es algo indigno y queda por debajo de los altos valores que esperamos de nuestros soldados", dijo el portavoz de Defensa del Partido Conservador, Liam Fox.

Por su parte, el portavoz liberal-demócrata de Defensa, Nick Harvey, manifestó su "asombro" y expresó su esperanza de que la medida no implique "un pérdida de apoyo pública" hacia los militares. El coronel Bob Stewart, quien comandó las fuerzas de paz británicas en Bosnia, se declaró contrariado por una decisión del Ministerio de Defensa que "sencillamente no tiene precedentes".

Los quince militares (ocho marinos y siete infantes de Marina) fueron detenidos el 23 de marzo en aguas del Golfo Pérsico por las autoridades iraníes, que les acusaron de invadir su territorio, algo que Londres ha negado reiteradamente. Los militares llegaron el pasado jueves al aeropuerto londinense de Heathrow, después de que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunciase el día anterior por sorpresa su liberación como "regalo al pueblo británico".

Después de aterrizar en Heathrow, los soldados fueron llevados en dos helicópteros "Sea King" de la Armada británica a la base militar de Chivenor (suroeste de Inglaterra), donde se reunieron con sus familias. Este viernes, los quince uniformados denunciaron, en un comunicado conjunto, que pasaron su cautiverio de trece días maniatados, con los ojos vendados, aislados y sometidos a una "constante presión psicológica".