La plaza Gaglayan, cerca del centro de Estambul, no tardó en llenarse de miles de hombres y mujeres que rechazan la visita del papa Benedicto XVI a Turquía esta semana. Los congregados, unos 25.000 según la policía, fueron convocados por el Saadet Partisi (Partido Felicidad), una pequeña formación islamista sin representación parlamentaria. La manifestación, de algo más de dos horas, estuvo vigilada de forma discreta por miles de policías, aunque los organizadores también contribuyeron a la seguridad. Jóvenes que lucían un peto rojo marcaron la zona reservada para las mujeres y el área para los hombres.

Gran parte de los congregados lucían una cinta sujeta en la frente donde se leía Papa Gelmesin (Papa no vengas). También sostenían en sus manos pequeñas pancartas con mensajes escritos en turco y en inglés, una manera de facilitar el trabajo a los periodistas extranjeros. Jesús no es el hijo de Dios. Es un profeta del islam o Creemos en Jesús. ¿Crees tú en Mohamed?, fueron los más utilizados. A pesar de que en varias ocasiones se escucharon gritos de Alá es el más grande, la protesta estuvo lejos de parecerse a una concentración de extremistas, como las que suelen celebrarse en otros países musulmanes. Más bien todo lo contrario.

"Aquí, al otro papa Juan Pablo II lo apreciábamos, pero a este no porque ha insultado al islam", dijo Ahmed. "Primero nos insulta y después nos viene a visitar", se lamentó, por su lado, Sahabettín, que acudió a la marcha junto a su hija de cinco años, que balanceaba una pequeña bandera del partido islamista. "Nosotros amamos a las personas que van a las iglesias, pero lo que no se puede hacer es hablar mal de nuestro Profeta".

ABUCHEOS En una esquina de la plaza colgaba una gran pancarta en la que se veía dibujado un caballero cruzado junto a varias fotografías de civiles muertos, entre ellos mujeres y niños, en los territorios palestinos. Mira, Benedicto, a aquellos que piensan como tú. ¿Quién trajo las matanzas, la injusticia y la pobreza? Ahora no vengas aquí, a menos que pidas disculpas, se podía leer. La plaza se llenó de abucheos cuando el Pontífice apareció en una gran pantalla, junto a la tribuna de oradores. Las imágenes fueron emitidas por el canal de televisión propiedad del partido islamista.

Un ambiente muy diferente fue el que se vivió en la iglesia de San Antonio de Padua, uno de los ocho templos católicos de Estambul. Un centenar de feligreses siguieron la primera misa del domingo, celebrada en inglés. La mayoría eran extranjeros, aunque también acudió algún que otro turco cristiano, como Erol, que asistió junto a su novia Cristina, nacida en Filipinas. "El Papa traerá a Turquía un mensaje de paz", aseguró la muchacha.