La Unión Europea asume que la primera ministra británica,Theresa May, no activará el proceso de salida de la Unión Europea hasta finales de marzo. Pero sus dirigentes no están dispuestos a desaprovechar la ocasión de demostrarle públicamente que su decisión ya tiene consecuencias y que quieren un proceso de divorcio rápido. May será de nuevo este jueves la gran ausentedurante la cena de trabajo del año que mantendrán los jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Los 27 no entrarán en el debate de fondo sobre el brexit pero sí empezarán a perfilar la dinámica que seguirán en el proceso de divorcio.

Según el borrador de declaración consultado por EL PERIÓDICO, los 27 reiterarán el principio acuñado tras el referéndum: sin notificación no hay negociación. “Podríamos ir más lejos y entrar en detalles pero no lo vamos a hacer porque queremos mantenernos en el principio”, sostiene un alto cargo europeo. May ya ha avanzado por teléfono al presidente de la UE, Donald Tusk, -mantuvieron una conversación este miércoles- que informará al resto de socios europeos durante la sesión del Consejo Europeo que arranca esta mañana de cómo marchan los preparativos pero nadie en Bruselas espera grandes novedades.

Lo qué sí tienen claro es que la UE tiene que estar preparada para “empezar las negociaciones tanto pronto como Reino Unido notifique”, señalan en la breve declaración en la que trasladarán de nuevo un mensaje de unidad. Por eso, los 27 han preparado un anexo en el que dan pistas sobre cuál será la dinámica de la nueva negociación. “No queremos perder el tiempo en cuestiones de organización cuando se active”, explica un diplomático.

¿CÓMO SERÁ EL PROCESO?

Y lo primero, una vez llegue la notificación, será que los líderes de los 27 establezcan las directrices del marco negociador y fijen la posición de la UE en un proceso que controlarán y podrán enmendar “permanentemente”. El objetivo es dar este paso lo antes posible. En marzo sí es posible. El borrador avanza que será el Consejo de asuntos generales -donde se sientan los responsables de asuntos europeos- el órgano responsable de autorizar la apertura de negociaciones aunque el negociador de la UE será previsiblemente el nombrado por la Comisión Europea, Michel Barnier.

El francés no podrá, sin embargo, actuar por libre. Tendrá que incluir en sus negociaciones al negociador nombrado por Tusk, Didier Seeuws, e informar regularmente a los 27 a través de los embajadores permanentes en Bruselas. El sistema, por tanto, garantizará que las discusiones se desarrollan sin salirse del mandato de los líderes europeos. Ningún representante británico podrá participar en las discusiones entre los 27. Lo que no está claro todavía es si implicarán directamente al Parlamento Europeo en la negociación -al final del proceso también tendrán que avalar el resultado- y a su representante, el belga Guy Verhoftstadt. Para enfado del todavía presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, de momento no está previsto y tendrán un papel secundario pero Barnier sí tendrá que informar de forma "regular” a la Eurocámara.

El debate sobre el 'brexit' será el colofón a la jornada y a un último Consejo Europeo del año que llega con una agenda cargada y complicada por las tensiones y problemas entorno a los muchos asuntos sobre la mesa: el pacto migratorio con Turquía, la ratificación del acuerdo de asociación con Ucrania o lassanciones a Rusia. “Puede parecer un campo de minas”, admite un alto cargo del Consejo que dice que muchos de los temas están todavía por cerrar. Aún así, la cumbre se verá reducida a un solo día lo que confirma el compromiso de Tusk de concentrar el trabajo en una sola jornada.