La insurgencia iraquí lanzó ayer una serie de ataques en el norte del país, la mayoría de ellos cometidos por suicidas, que se saldaron con la muerte de una treintena de personas. Una de las víctimas fue el vicegobernador de la provincia de Diyala, Husein Oluan, que perdió la vida en Baquba al estallar un coche bomba al paso de su convoy.

Pero el ataque más sangriento se produjo en Tuz Jormatu. Un hombre lanzó un coche con explosivos contra el local donde desayunaban escoltas de Rush Shauai, uno de los cuatro viceprimer ministros del Gobierno. La explosión mató a 12 personas y dejó 37 heridos. Ansar al Suna se atribuyó el atentado.

En Kirkuk, otro kamikaze mató a un niño de 4 años e hirió a 11 personas. Cinco personas murieron en Mosul al estallar dos artefactos. En otros atentados fallecieron al menos cinco personas.