La central nuclear de Bushehr comenzó a planificarse durante el régimen del sah Mohamed Reza Palhevi, quien preveía el agotamiento del petróleo.

Comenzó a construirse en 1975 por las compañías alemanas Siemens y Telefunken, aunque la guerra entre Irán e Irak (1980-1988) obligó a paralizar el proyecto. Fue retomado por Rusia en 1995, y para explotarla Teherán y Moscú establecerán una empresa conjunta.

Irán ha sido sancionado por la ONU y la comunidad internacional, que sospecha que Teherán busca dotarse del arma atómica pretextando un programa nuclear civil.