Dos personas han muerto cerca de la principal base de EEUU en Afganistán, a las afueras de Kabul, durante una violenta protesta contra las caricaturas de Mahoma publicadas por la prensa europea, según fuentes oficiales.

Con esta cifra, al menos cuatro personas han fallecido hoy en las violentas manifestaciones sucedidas en distintos puntos de Afganistán, reprimidas con disparos por las fuerzas de seguridad.

Según fuentes oficiales en Kabul, varios miles de personas se han manifestado con violencia ante las puertas de la base estadounidense de Bagram, cuya entrada trataron de forzar.

Dos de los manifestantes han muerto y al menos cinco han resultado heridos, sin que las tropas estadounidenses se viesen implicadas en este incidente, de acuerdo con esas fuentes.

En la provincia de Laghman (este de Afganistán), al menos otros dos afganos han muerto hoy y tres han resultado heridos durante una protesta contra las caricaturas de Mahoma, según ha dicho a Efe el portavoz del Ministerio de Interior, Yousef Stanikzai.

Cientos de manifestantes han salido a la calle en esa ciudad contra las polémicas viñetas y la protesta ha desembocado en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Stanikzai ha asegurado que un manifestante ha disparado y arrojado piedras contra las fuerzas de seguridad, lo que ha causado la muerte de un civil y heridas a tres personas, entre ellas dos policías.

Otras fuentes han indicado que la policía había disparado al aire después de oír esos tiros iniciales, achacados a los rebeldes talibanes.

El portavoz del Ministerio afgano de Interior ha dicho que los incidentes han sido provocados por "los enemigos de Afganistán", en alusión a los rebeldes talibanes, y que dos personas han sido detenidas.

En Afganistán se han desarrollado hoy varias protestas las polémicas viñetas, publicadas inicialmente en la prensa danesa y reproducidas después en varios medios europeos, que han sido condenadas por el Gobierno afgano.

Entre ellas figuraron Kandahar (sur de Afganistán), Mazar-i-Sharif (norte del país), Parwan (al norte de Kabul) y Takhar (noreste del país), según ha explicado a Efe el portavoz de Interior.

Las caricaturas de Mahoma, consideradas ofensivas por la comunidad musulmana, fueron publicadas en el diario conservador danés Jyllands-Posten el pasado 30 de septiembre.

Zapatero y Erdogan

Los jefes de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y Turquía, Recep Tayyip Erdogan, han hecho un llamamiento conjunto "al respeto y la calma", ante las "tensiones" provocadas por la publicación de caricaturas de Mahoma.

"Todos seremos los perdedores si no conseguimos desactivar de inmediato esta situación", han advertido los dos impulsores del proyecto de la Alianza de las Civilizaciones, en un artículo en el diario estadounidense International Herald Tribune editado en París.

Si bien la publicación de estas caricaturas "puede ser perfectamente legal", "no es indiferente y, por tanto, debería ser rechazada desde un punto de vista moral y político", afirman. Zapatero y Erdogan argumentan que la libertad de expresión es "una de las piedras angulares de nuestros sistemas democráticos y nunca renunciaremos a ella", pero advierten de que "no hay derechos sin responsabilidad y respeto por las diferentes sensibilidades".

La CE pide un "debate pacífico"

Mientras, la Comisión Europea (CE) ha pedido la "vuelta al debate pacífico" para resolver las crecientes protestas desatadas en el mundo musulmán. El Ejecutivo comunitario ha reconocido que la publicación de las caricaturas del profeta Mahoma han podido ofender a muchos musulmanes, pero ha destacado que ningún agravio "real o percibido" justifica actos de violencia como los ocurridos el pasado fin de semana en países como Siria y El Líbano, además de en Palestina

"La Comisión, así como la Presidencia austriaca de turno de la UE y los Estados miembros piden la vuelta al debate pacífico. Eso es lo que en estos momentos hace falta", ha dicho en rueda de prensa el portavoz oficial de la Comisión, Johannes Laitenberger. Las caricaturas de Mahoma fueron publicadas en el citado diario conservador danés Jyllands-Posten el pasado 30 de septiembre.