Stuttgart se ha convertido este fin de semana en el punto más caliente y tenso de Alemania. El sábado por la mañana la localidad del sur del país se ha despertado con una masiva protesta encontra del congreso que la formación populista y xenófobaAlternativa para Alemania (AfD) celebra entre hoy y el domingo en la capital del Estado de Baden-Wurtemberg para definir su estrategia y el futuro de sus políticas migratorias.

La manifestación se ha saldado con la detención de hasta 400 activistas de izquierdas que se han enfrentado al cordón policial que vigila la zona de la reunión ultraderechista.

La tensión se ha disparado cuando un grupo antifascista armado, según la policía, con barras de metal y madera ha intentado bloquear el acceso al recito ferial, que se encuentra a 15 kilómetros del centro de la ciudad. Más de mil personas se han congregado en el área entregritos de 'Nazis fuera'.

El portavoz de las fuerzas de seguridad ha añadido que algunos ibanencapuchados y dispuestos a emplear la violencia. Tras el lanzamiento de algunas bengalas y la quema de neumáticos, los cuerpos de seguridad han reaccionado con contundencia y han hecho servir gases lacrimógenos para neutralizar a los manifestantes.

DEBATE SOBRE INMIGRACIÓN

La policía de Stuttgart ha remarcado en su cuenta personal de Twitter que entre las filas de protestantes había más de 900 miembros violentos. El congreso de AfD se celebra en un momento especialmente tenso en Alemania por la polarización entre partidarios de ayudar a los refugiados y los detractores que se sirven de una retórica islamófoba.

La elección del 1 de mayo, día internacional de los trabajadores y jornada especialmente izquierdista en algunos sectores del país, tampoco ha contribuido a calmar los ánimos. Así, la policía ha desplegado un operativo de hasta mil agentes para evitar que las protestas contra la formación vayan a más.

PULSO INTERNO

Pero también hay tensión puertas adentro. El joven partido cercano a los movimientos de ultraderecha se reúne este domingo con el objetivo de abordar su estrategia política para seguir ganando terreno en Alemania a costa del creciente escepticismo con la acogida de refugiados y del desgaste sufrido por los partidos tradicionales, conservadores y socialdemócratas.

El congreso se prevé como un pulso entre el ala más abiertamenteislamófoba del partido, partidaria de seguir utilizando un discurso sobre un choque cultural y una supuesta invasión del islam, y el ala que se considera moderada.

A pesar de este supuesto pulso interno los analistas apuntan a que AfD mantendrá la deriva xenófoba que le ha permitido dar un golpe sobre el tablero político alemán y obtener los mejores resultados de su corta historia en las elecciones celebradas en tres länder a principios del marzo. Se espera incluso que se firme un manifiesto antiislamista.

El verano pasado, la formación populista renovó su cúpula e impulsó su nuevo rumbo basado en políticas de tono ultranacionalista y contraria a los refugiados. “Se ha convertido en el partido dePegida”, denunció entonces Bernd Lucke, uno de los fundadores de AfD desplazados por la victoria de su nueva líder Frauke Petry.

En las próximas horas, más de 2.000 miembros del AfD se reunirán en Stuttgart, donde siguen llegando activistas de izquierdas críticos con la formación.