La boda de Carlos y Camilla no está exenta de riesgos para la institución monárquica. Los primeros sondeos realizados tras el anuncio del compromiso muestran ciertas reticencias al enlace entre los británicos. En la encuesta publicada ayer por The Daily Telegraph , sólo un 7% de los consultados cree que la futura esposa del príncipe de Gales debe ser reina. Casi la mitad, el 47%, considera que no debería corresponderle título, mientras el 40% acepta que sea designada princesa consorte. La boda cuenta con el apoyo del 65% de los consultados, pero el 41% preferiría que Carlos abdicara y fuera su hijo Guillermo el que sucediese a Isabel II.

En otro sondeo publicado por The Daily Mail , el 54% dijo sentirse feliz por el compromiso, frente al 46%, que lo desaprueba. Algunos medios aseguran que fue el duque de Edimburgo el que más insistió para que la reina aceptara la boda, a fin de que la situación irregular de la pareja se resolviera antes del ascenso al trono de Carlos.

LAS CITAS CLANDESTINAS La primera aparición pública de los futuros contrayentes, en la noche del jueves, no dejaba lugar a dudas de sus sentimientos. La pareja ha anunciado que pasará la luna de miel en Escocia, en la casa de campo de Brikhall, que Carlos y Camilla usaron para sus citas clandestinas.