Los jueces británicos siguen trabajando sin descanso para tomar declaración a los 1.600 detenidos por los disturbios ocurridos en varias ciudades inglesas entre el sábado y el martes, y hasta hoy han procesado ya a cerca de 800 personas.

El delito más frecuente cometido por los detenidos es el robo con allanamiento, según datos recopilados por la cadena BBC, aunque también hay muchos acusados de desórdenes públicos y de apropiarse de objetos robados durante los saqueos.

La ola de violencia comenzó el sábado en Tottenham, al norte de Londres, y se extendió posteriormente en otros barrios de la capital y a cinco ciudades de Inglaterra, si bien los últimos altercados se produjeron el martes y ya se suman dos noches de calma.

En Londres son 1.103 arrestados, de los que 654 han sido procesados, según los últimos datos de Scotland Yard. Si en Londres la mitad de los procesados son menores, en el conjunto del país ese porcentaje sobre las detenciones se reduce al 17 por ciento, de acuerdo con el Ministerio de Justicia.

Algunos de estos menores fueron detenidos tras ser delatados por sus padres, como es el caso de un adolescente de catorce años de Manchester acusado de robo a quien su madre llevó a la comisaría tras reconocerlo en una foto publicada en el periódico.

También denunciaron unos padres a su hija de 18 años inscrita como embajadora de los Juegos Olímpicos de Londres para recibir a visitantes extranjeros, tras verla en televisión lanzando ladrillos a un escaparate.

La violenta conducta de los más jóvenes ha empezado a tener consecuencias para sus familias, y en el distrito de Wandsworth, en el sur de Londres, el padre de un adolescente procesado recibió hoy la orden de desalojo del piso de protección oficial en el que vive la familia en régimen de alquiler.

Se trata del primer desahucio conocido como consecuencia de los disturbios, que en palabras de la responsable del consejo municipal, Ravi Govindia, está justificado en la necesidad de que quienes han causado los destrozos en locales y negocios de la zona paguen el precio de su conducta.

El primer ministro, David Cameron, ha defendido esta decisión en una entrevista en la BBC, en la que ha señalado que estar en una vivienda de protección oficial conlleva una responsabilidad. "Durante mucho tiempo hemos tenido una actitud muy suave hacia quienes roban y saquean sus propias comunidades" dijo Cameron, para quien el que comete delitos así debería perder su derecho a vivir en una casa con precios subvencionados.

El "premier" británico destacó además la rapidez con la que está trabajando la Justicia en sus actuaciones, después de dos días en los que los juzgados han estado abiertos durante la noche para tomar declaraciones a los imputados.

Cameron hizo estas declaraciones en una jornada en la que su imagen no ha quedado muy bien parada: primero por sus desencuentros con la policía y después por encuestas que cuestionan su respuesta y liderazgo en esta crisis.

Según este sondeo, elaborado por la consultora ComRes, el 54 por ciento de los británicos cree que el primer ministro falló al no controlar los disturbios de Londres con la prontitud necesaria, mientras el 46 por ciento opina que carece de la confianza del pueblo como líder del país.

En otra encuesta, publicada por el diario "The Independent" en su web, el 71 por ciento quiere que se revoquen los recortes presupuestarios de la policía y hasta un 78 por ciento aboga por sentencias de cárcel para todos los menores procesados en los disturbios.