Frente a miles de correligionarios reunidos en la Mukata de Ramala para homenajear a Yasir Arafat en el tercer aniversario de su muerte, el presidente palestino, Mahmud Abbás, trató de distanciarse del pesimismo que ha envuelto la próxima cumbre árabe- israelí de Annapolis (EEUU).

Abbás se refirió a la cita como "una oportunidad histórica" para cambiar el rumbo de Oriente Próximo con "la creación de un Estado independiente palestino con Jerusalén Este como capital". Más beligerantes fueron sus alusiones a Hamás. Con los islamistas, a los que definió de "oscuras fuerzas del mal", no habrá diálogo mientras mantengan su "golpe militar" en Gaza y tras su amenaza de tomar también Cisjordania.