Suma y sigue. La fractura entre la franja de Gaza y Cisjordania se agrandó ayer un poco más, después de que el presidente palestino, Mahmud Abbás, disolviera el Consejo de Seguridad Nacional, cuyo vicepresidente era el destituido primer ministro islamista Ismail Haniya. El citado organismo constituía el último eslabón de cooperación política entre Al Fatá y el movimiento Hamás. El consejo fue reactivado en marzo por Abbás tras los acuerdos alcanzados en La Meca con los líderes de Hamás, que dieron a luz al Gobierno de unidad palestino.

PRIMERA REUNION Mientras Abbás finiquitaba las instituciones que Al Fatá compartía con los islamistas, el Ejecutivo de emergencia palestino, encabezado por el primer ministro Salam Fayad, celebró ayer su primera reunión tras su nombramiento en la que se analizó la delicada situación de seguridad en la franja de Gaza. La reunión duró más de dos horas y, según el ministro de Información, Riad al Maliki, ya hay un plan. "Vamos a actuar para remediar esta situación anormal y ponerle fin; vamos a ver qué medidas graduales pueden ser puestas en marcha en la franja de Gaza", declaró en una rueda de prensa Al Maliki.

Las expectativas del Ejecutivo se centran en el desbloqueo de los fondos que permanecían en manos de Estados Unidos, Israel o la Unión Europea. EEUU decidió reanudar "plenamente" la ayuda económica al Gobierno palestino, según anunció la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice.

Maruán Barguti, jefe de Al Fatá en Cisjordania, expresó su "condena y consternación" por "el golpe militar contra la Autoridad Palestina y sus instituciones en la banda de Gaza".