El nuevo Gobierno palestino de emergencia, creado por decreto del presidente, Mahmud Abbás, entró ayer en funciones con la pretensión de ser un Ejecutivo para Cisjordania y Gaza, pese a que la franja está en manos de los islamistas de Hamás que mantienen allí su propio poder. Tras la jura del Gabinete, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) declaró ilegal a las milicias armadas de Hamás y emitió un decreto que le permitía superar los límites constitucionales para establecer un Gobierno de emergencia.

Al principio, algunos medios informaron de que la ilegalización afectaba a la "dirección ejecutiva" del movimiento islámico. Lo único seguro es que, para Abbás, el Gabinete de emergencia es "el único Gobierno nacional; no hay otro en Gaza".

CONGELAR LAS CUENTAS El nuevo primer ministro, Salam Fayad, adoptó como primera medida congelar las cuentas del anterior Ejecutivo de unidad nacional, formado por Hamás y el partido nacionalista que lidera Abbás, Al Fatá. En su primer discurso, Fayad dijo que "hará todo lo que pueda por asegurar las necesidades básicas" de la población de la franja de Gaza. "Estáis en nuestros corazones y nunca os dejaremos solos", dijo.

Pese a estas declaraciones de buenas intenciones, el nuevo Gobierno difícilmente tendrá autoridad sobre la franja de Gaza, tomada por el grupo islamista Hamás por la fuerza de las armas el pasado jueves. Hamás ha declarado ilegal el Ejecutivo de emergencia y sigue considerando legítimo el Gobierno de unidad nacional. El viceportavoz del Parlamento, Ahmed Bahar, perteneciente al Movimiento de Resistencia Islámico, afirmó en una rueda de prensa que cualquier Gobierno que no tenga el apoyo parlamentario deberá ser considerado inconstitucional.

Hamás tiene la mayoría de escaños en el Parlamento, pero la asamblea dejó de funcionar hace meses, después de que Israel arrestase a la mayoría de los diputados de esta facción palestina. Para Bahar, el Gobierno legítimo es, hasta que el Parlamento vote un nuevo Ejecutivo, la coalición de Hamás y Al Fatá, con Ismail Haniya como primer ministro. Pero el decreto promulgado ayer por Abbás le permite formar Gobierno sin la necesidad de que lo apruebe el Parlamento de Ramala.

Cuatro de los ministros del nuevo Gabinete de emergencia son originarios de Gaza y, pese a que no reconoce su autoridad, Hamás ha asegurado que no tratará de hacerles ningún daño. Los primeros objetivos del nuevo Gobierno de emergencia serán restablecer la seguridad en los territorios y lograr el levantamiento del boicot impuesto por los principales donantes de la ANP a los dos anteriores gabinetes con participación de Hamás. El primer propósito será difícil de cumplir en Gaza, donde Haniya nombró el sábado nuevos mandos para dirigir los organismos de seguridad de la ANP.

La segunda misión es mucho más asequible, pues Abbás cuenta con el apoyo de EEUU, de la Unión Europea (UE), de Israel, del Cuarteto para Oriente Próximo (ONU, EEUU, UE y Rusia) y de los países árabes, y puede lograr que se restablezcan las ayudas directas, suspendidas hace 15 meses, cuando Hamás llegó al poder por las urnas. En las relaciones con el exterior, Fayad, un economista independiente que goza de una buena reputación internacional por su labor pasada en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), será una importante baza.

Fayad era ministro de Finanzas en el anterior Gobierno de unidad nacional y retendrá esa cartera, además de ocupar la de Exteriores, con lo que en él recaerá la responsabilidad de restablecer el flujo de ayudas. Las ayudas directas al Gobierno de emergencia solo deberían beneficiar a Cisjordania, mientras en Gaza, región más pobre y aislada, empieza a haber penurias energéticas, de alimentación y de servicios sociales, debido a los recientes combates y el consecuente cierre de las fronteras.

Entre los 12 ministros del Gabinete de emergencia hay dos mujeres, dos cristianos y solo dos miembros de Al Fatá. La presidencia palestina lo describe como "un Gobierno de tecnócratas independientes".