No hay vuelta atrás. Ayer, el presidente palestino, Mahmud Abbás, anunció que "no habrá diálogo" con Hamás. Empleando una dialéctica semejante a la israelí, el presidente palestino acusó a los miembros de Hamás de "terroristas" por haber tomado por la fuerza el control de la franja de Gaza el 15 de junio.

"No habrá diálogo con los golpistas, los asesinos y los terroristas", dijo Abbás en Ramala (Cisjordania) ante el Consejo Central de la Organización para la Liberación de Palestina. El dirigente llegó a acusar a Hamás, concretamente a su líder en el exilio Jaled Meshal, de planear un atentado para matarle.

Además, Abbás denunció la presencia de "elementos extranjeros" entre las fuerzas de Hamás, aunque no precisó a qué país pertenecían. "Se trataba de un plan premeditado sobre el cual se pusieron de acuerdo los dirigentes de Hamás en Gaza y en el extranjero con elementos extranjeros en la región", declaró.

"He mantenido el diálogo con paciencia y tolerancia para evitar un baño de sangre entre los palestinos", dijo el presidente palestino para defender su gestión de la crisis. Prueba de la política de romper puentes con Hamás fue el anuncio del primer ministro palestino del Gabinete de emergencia, Salam Fayad, de anular todos los pasaportes emitidos en Gaza desde que la franja está bajo control de los islamistas.