Abertis, Unicef y el Institut Guttmann se han unido en un proyecto para prevenir y tratar los daños de los accidentes de tráfico que sufren los niños en los países pobres, en cuya primera fase equipos médicos se trasladarán a Jamaica y Filipinas, donde asesorarán a médicos locales y familias.

"No vamos a ir a curar niños, vamos a formar a los profesionales que les van a atender en los momentos posteriores al accidente, claves para evitar complicaciones futuras, como acabar o no en una silla de ruedas", ha dicho este jueves en la presentación de este proyecto Enrique Portell, médico que viajará a estos países.

Cada día más de 500 niños pierden sus vidas en las carreteras de todo el mundo, la mayoría de ellos lo hacen en su camino hacia el colegio. Además, más de 2.000 menores quedan discapacitados.

El objetivo del proyecto no es solo prevenir accidentes, sino que, si se sufren, sean tratados en el hospital correctamente y que el niño pueda tener una vida normal y satisfactoria. "Que el accidente sea lo peor que le pase al individuo", ha expresado el director gerente del Institut Guttmann, Josep M. Ramírez.

Durante la presentación, ha intervenido el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Fernando García Casas, quien ha trasladado su apoyo al proyecto y ha lamentado que el mayor nivel de desarrollo que cada vez tienen los países lleve a un mayor número de muertes por accidentes, puesto que es "algo evitable y hay que avanzar en ello".

Cooperación tradicional

Ha explicado además que han elegido Jamaica y Filipinas por la tradición de cooperación en estos países, si bien se ampliará próximamente a otros, al tiempo que ha abogado por destacar la seguridad vial en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

Se prevé que con esta iniciativa se beneficien 250.000 niños en Filipinas y 13.000 en Jamaica -la diferencia se debe a que en este último país la acción se llevará a cabo en las zonas más vulnerables-, ha manifestado el director de relaciones institucionales de Abertis, Sergi Loughney.

"La idea también es transformar la legislación interna de los países y motivar un cambio cultural en los sitios en los que la seguridad vial no está en la agenda pública", ha añadido.

Y es que, según ha apuntado el director ejecutivo de Unicef España, Francisco Javier Martos, la sociedad está avanzando cada vez más en los países pobres, lo que lleva a la aparición de nuevas realidades, entre ellas la seguridad vial.

Los médicos y rehabilitadores que van a acudir a estos países a tratar los accidentes en niños tendrán que enseñar a los profesionales locales no solo a curar las lesiones físicas, sino también las funcionales -enseñar a los niños a ser autónomos en la medida de lo posible- y las psicológicas, ya que se tiene que evitar que los pequeños "queden apartados de la sociedad".

Por ejemplo, la importancia del traslado correcto del accidentado hasta el hospital es un aspecto clave para evitar complicaciones como que el menor tenga que ir en el futuro en una silla de ruedas o tenga úlceras, ha explicado el terapeuta Ignasi Soriano.