Los colegios electorales de Polonia han abierto hoy sus puertas dando comienzo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, de las que saldrá el futuro jefe de Estado del país y sucesor de Lech Kaczynski, fallecido en accidente aéreo el pasado abril.

En estos comicios se enfrentan el conservador Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del anterior presidente de Polonia, Lech, y el presidente del Parlamento y jefe de Estado en funciones, el liberal Bronislaw Komorowski.

Komorowski fue el candidato más votado en la primera vuelta con el 41% de los votos, seguido de Kaczynski, con el 36%, y del líder de la Alianza Democrática de Izquierdas, Grzegorz Napieralski, con el 13%.

LOS VOTANTES DE LA IZQUIERDA, DECISIVOS

Ni Komorowski ni Kaczynski consiguieron entonces la mayoría absoluta, lo que ha hecho que durante la segunda campaña electoral los dos candidatos se hayan visto obligados a luchar por el apoyo de los votantes de la izquierda, decisivos en los comicios de hoy.

Ambos candidatos llegan muy igualados a la cita con las urnas y, aunque la mayoría de sondeos dan una ajustada victoria a Bronislaw Komorowski, una encuesta publicada por el diario Rzeszpospolita el último día de campaña situaba como ganador a Jaroslaw Kaczynski, con dos puntos de diferencia sobre su rival.

De estas elecciones saldrá el presidente de Polonia para los próximos cinco años, un cargo que es principalmente representativo y carece de poder ejecutivo, aunque tiene algunas atribuciones determinantes como la capacidad de veto de las normas elaboradas por el Gobierno o la rúbrica final de tratados internacionales.

SE PREVÉ UNA ABSTENCIÓN ALTA

Más de 30 millones de ciudadanos están convocados a las urnas en esta jornada electoral, que arrancó con normalidad a las 6 horas locales (4 GMT) y acabará 14 horas después, a las 20 horas (18 GMT).

Las autoridades polacas pretenden que los ciudadanos cuenten con toda la comodidad para votar, lo que justifica el amplio margen de tiempo y los 25.773 locales electorales habilitados, que harán posible que nadie tenga que desplazarse largas distancias para depositar su papeleta.

A pesar de estas facilidades, los sondeos prevén que la abstención esté en torno al 54%, como ya sucedió en la primera vuelta, el 20 de junio. La abstención incluso podría ser mayor por el buen tiempo de este fin de semana y del comienzo de las vacaciones de verano, lo que hace que muchos polacos estén fuera de su domicilio habitual.