Serbia repite hoy las elecciones presidenciales que fueron invalidadas en su segunda vuelta, el pasado 13 de octubre, por no haberse alcanzado el mínimo del 50% de participación.

Algunos analistas consideran que existe un grave riesgo de que ahora vuelva a ocurrir lo mismo, mientras otros creen que el temor a la abstención brinda una oportunidad inigualable al presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, para obtener la victoria. Kostunica no tiene más rival de envergadura que el líder ultranacionalista y de la ultraderecha, Vojislav Seselj, a quien el expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic presta su apoyo.

En una carta enviada desde La Haya, donde el Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia le juzga por genocidio y crímenes de guerra, Milosevic pide el voto para Seselj como "candidato patriótico" y única alternativa para "derrocar al actual régimen marioneta, que lleva a Serbia hacia el estatuto de colonia". En la primera vuelta de los comicios invalidados del 29 de septiembre, Seselj logró un nada desdeñable 23,24% de los votos.

El otro único candidato es ahora el también ultranacionalista Borislav Pelevic, presidente del Partido Serbio de la Unidad, fundado por Arkan, jefe paramilitar y mafioso, asesinado en Belgrado en el 2000. Pelevic cosechó en la consulta anulada sólo un 3,82%, pero el millón de votos logrado conjuntamente por los dos ultras (sobre los tres millones emitidos) causó considerable alarma.