La doctora Anna Maria Pou recuperó el martes la libertad y su buen nombre tras un año de infierno, desde que fue arrestada junto a dos enfermeras por la acusación de haber inyectado a cuatro pacientes de entre 61 y 90 años un cóctel mortal durante el caos que sufrió Nueva Orleans durante el huracán Katrina en agosto del 2005.

El 1 de septiembre del 2005, Pou era una de los pocos médicos que aún estaban trabajando en el Memorial Medical Center de Nueva Orleans. En una ciudad sumida en el caos, Pou ordenó administrar morfina y otros medicamentos contra el dolor a los cuatro ancianos, que finalmente morirían.

Hace un año, el fiscal general de Luisiana, Charles Foti, ordenó su arresto después de que familiares de las víctimas hubieran presentado demandas contra ella. La acusación era de eutanasia.