Un jurado militar declaró ayer al coronel Steven Jordan, único oficial estadounidense procesado por el escándalo de torturas a presos en la cárcel de Abú Graib, en Irak, culpable de desobedecer una orden, lo que le expone a cinco años de cárcel. El militar fue absuelto de los cargos de malos tratos a los presos e incumplimiento del deber, más significativos desde el punto de vista ético, pero menos graves según el código de justicia militar.

Jordan, de 51 años, aunque se libró de las otras acusaciones, fue condenado por haber mencionado el asunto en dos ocasiones, en correspondencia privada a un colega en el 2004, pese a haber recibido la orden explícita de no comentar el escándalo.

El coronel no reaccionó ante el veredicto. Tampoco lo hicieron sus abogados. Uno de ellos, el mayor Kris Poppe, se negó a comentar el hecho antes de que se anuncie la pena. "Por el momento tenemos trabajo", dijo.

El coronel Jordan era el jefe de interrogatorios de Abú Graib entre septiembre y diciembre del 2003. Allí, el Ejército estadounidense mantenía detenidos a sus prisioneros y les interrogaba con métodos rechazados por las convenciones de Ginebra. En ese periodo, se tomaron la mayoría de las fotos vejatorias que dieron la vuelta al mundo y dispararon el escándalo.