Un tribunal de Roma absolvió ayer a los cinco acusados por la muerte, en 1982, de Roberto Calvi, expresidente del Banco Ambrosiano de Milán, conocido como el banquero de Dios por sus relaciones financieras con el Instituto de Obras Religiosas (IOR), el banco del Vaticano. El tribunal considera que las pruebas aportadas por la fiscalía en más de 150.000 páginas son "insuficientes" para demostrar que fue "un homicidio voluntario y premeditado".

Según la acusación, Calvi, que apareció colgado bajo un puente sobre el Támesis en Londres, fue asesinado para evitar que chantajease a sus exaliados de la Cosa Nostra, para quienes blanqueaba dinero, y del IOR.