En un ambiente de enfrentamiento intrapalestino en la franja de Gaza, que se extendió a Cisjordania, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, Abú Mazen , decretó ayer el estado de excepción en los territorios palestinos y ordenó a las fuerzas de seguridad que tomaran las calles para evitar más violencia. Los choques entre milicianos de Hamás y de Al Fatá se cobraron ayer la vida de dos personas y tuvieron su punto álgido cuando encapuchados vinculados al partido de Abú Mazen tomaron el Parlamento en Ramala y quemaron la oficina del primer ministro, el islamista Ismail Haniya.

El incendio es significativo de la fractura entre las dos principales facciones palestinas. En Gaza hubo enfrentamientos en Jan Yunis y Rafá entre milicianos de Hamás y la Seguridad Preventiva, hasta el punto de que los islamistas atacaron un cuartel de este cuerpo policial, controlado por Al Fatá, para exigir la entrega de un oficial que había matado a uno de sus correligionarios. A continuación, Al Fatá y Hamás se enfrascaron en una serie de secuestros recíprocos en una espiral que culminó con el asalto de Ramala. Anoche los enfrentamientos continuaban en Gaza.

Ayer, Tzachi Hanegbi, hombre de confianza del primer ministro israelí, Ehud Olmert, declaró que "una confrontación directa entre Israel y Hamás es inevitable". En ese contexto, añadió Hanegbi, no hay inmunidad para ningún líder de Hamás, incluido el primer ministro Haniya.