Los cuerpos de los nueve activistas muertos en el asalto israelí a la Flota de la Libertad recibieron en total 30 impactos de bala y cinco de ellos murieron por disparos en la cabeza, según informó ayer el diario británico The Guardian, que citó como fuente al vicepresidente del Comité Turco de medicina forense, Yalcin Buyuk. La munición utilizada fue casi toda de balas del calibre 9 milímetros y muchos de los disparos se realizaron a quemarropa. Una de los fallecidos, Ibrahim Bilgen, de 60 años, recibió cuatro impactos de bala, uno en la sien, otro en el pecho y los restantes en la cadera y espalda. Kulcan Dogan, de 19 años, la víctima turco-estadounidense, fue abatido por cinco tiros, uno de ellos disparado a menos de 45 centímetros.

Además de los fallecidos, otros 48 activistas están heridos de bala y seis desaparecidos, según Buyuk. Según Israel, los soldados actuaron en legítima defensa tras ser atacados con cuchillos, palos y dos pistolas que, afirma, robaron a los militares. "La única situación en la que un soldado dispara es cuando siente que su vida está amenazada", afirma al diario un portavoz israelí