El excoronel y exviceministro de Defensa salvadoreño Inocente Montano se desvinculó ayer por completo de la matanza de los cinco jesuitas españoles en 1989, un plan que aseguró que jamás conoció y del que no se habló en la reunión clave con el presidente en la que supuestamente los militares ordenaron las ejecuciones. Montano declaró ayer en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el asesinato de los jesuitas españoles, entre ellos Ignacio Ellacuría, entonces rector de la Universidad Centroamericana (UCA) e ideólogo de la Teología de la Liberación.

Durante su comparecencia, Montano explicó que en 1989 ejercía como viceministro de Seguridad Pública, un cargo que aunque dependía del Ministerio de Defensa no tenía a sus órdenes a fuerzas militares, sino a los cuerpos policiales. No obstante, recalcó que sus tareas se limitaban a «funciones de tipo administrativo».

El excoronel declaró que el año de los asesinatos había «prácticamente» una guerra civil en el país porque el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que calificó de «grupo terrorista», se estaba infiltrando entre la población de San Salvador y armando a los civiles contra el Gobierno de Alfredo Cristiani.

«Tal era la situación que el presidente declaró el estado de sitio para evitar que se moviese la población civil armada. Con el apoyo de esos países consiguieron armas, municiones y avituallamiento militar. Quisieron usar a la ciudadanía como escudo», dijo Montano.

La estrategia, añadió, era «hacer notar a la población» que los gobiernos que se habían ido sucediendo en El Salvador «eran ilegales, que no respetaban los derechos humanos», y se acusó a los militares de oponerse al acuerdo que trataba de lograr el presidente Cristiani con el FMLN «para pacificar el país».

Sobre la entrada en la UCA, Inocente Montano declaró que se ordenó al tener la sospecha de que «había armamento y munición en la universidad» y que el FMLN la usaba «como almacén».

El excoronel aseguró que estuvo en una reunión el día 15 de noviembre, un día antes de los asesinatos de los jesuitas, pero que fue para «informar al presidente de lo delicado de la situación», pero que los altos mandos militares «no se atrevían a tomar la decisión de atacar porque el FMLN estaba con la población e iba a ser una matanza terrible».

LA IGLESIA Y LA UNIVERSIDAD / Sobre Ellacuría, afirmó que no tenía «nada personal» en su contra, y que era «uno de los más cercanos al presidente» porque le asesoraba en los acuerdos de paz, pues «tenía influencia». «No sólo asesoraba al presidente, sino a la cúpula del FMLN. Se reunió con los terroristas», aseguró .

Sin embargo, Montano subrayó que «no hubo nunca pretensiones de hacerle daño a él o a la Iglesia o a la universidad».