Fuentes internacionales de Derechos Humanos y los propios habitantes de las zonas en conflicto han acusado al Ejército de Malí de ejecuciones extrajudiciales y otros abusos contra los Derechos Humanos en el contexto de la actual ofensiva contra las milicias islamistas del norte del país, y el propio ministro maliense de Justicia, Malick Coulibaly, ha admitido que "ningún Ejército del mundo es perfecto"y que es posible que los soldados hayan cometido crímenes de guerra.

Varios vecinos de Mopti, una ciudad del centro del país situada en el frente, han asegurado al semanario británico 'The Observer' --que hace las funciones de edición dominical para el diario londinense 'The Guardian'-- que los soldados han procedido a detenciones, interrogatorios y torturas contra personas inocentes a las que acusan de estar relacionadas con los rebeldes.

Entre las víctimas de estos abusos, según los testigos, se encuentran los miembros de la etnia fulani. "El Ejército sospecha de nosotros, y si tenemos aspecto de fulani y no tenemos carné de identidad, nos matan", ha asegurado un vecino.

Fuentes de Amnistía Internacional, citadas por 'The Observer', han asegurado que hay evidencias de abusos por parte del Ejército de Malí, como ejecuciones extrajudiciales, incluso antes de que comenzara la actual ofensiva francesa y maliense en el norte.

Al respecto, algunos testigos han explicado al semanario británico que la ocupación islamista de la ciudad de Diabaly --que ya ha sido recuperada por las fuerzas malienses y francesas-- pudo haber sido un acto de venganza por la muerte de 16 predicadores musulmanes malienses y mauritanos supuestamente ejecutados por el Ejército el pasado mes de septiembre en esta localidad, un caso que ha sido documentado por Amnistía.

Tuaregs

Amnistía también ha advertido de las posibles represalias a que se enfrentan los miembros de la comunidad nómada tuareg, muchos de los cuales se encuentran entre los cientos de miles de refugiados que han huido a los países vecinos.

Al respecto, la organización ha asegurado a 'The Observer' que hay evidencias de ejecuciones extrajudiciales contra civiles tuaregs y de bombardeos indiscriminados contra los campamentos de esta comunidad, así como de matanzas contra sus ganados, de los que dependen para sobrevivir.

Los tuaregs constituyen entre el tres y el diez por ciento de la población maliense y fueron precisamente los independentistas de esta comunidad los que lanzaron inicialmente la ofensiva en el norte del país que posteriormente fue aprovechada por los grupos islamistas para hacerse con la región a costa de los propios secesionistas tuaregs.

Los rebeldes tuaregs han sido acusados de la muerte de varios soldados en 2012 en la ciudad de Aguelhok, en el norte, uno de los incidentes que sirvieron de argumento, precisamente, al golpe de Estado del 22 de marzo del año pasado.

"Ningún ejército es perfecto"

En declaraciones a 'The Observer', el ministro de Justicia, Malick Coulibaly, ha admitido que algunos soldados podrían haber cometido crímenes de guerra. "Ningún Ejército del mundo es perfecto", ha declarado en su oficina de Bamako.

"El Ejército de Estados Unidos es uno de los más profesionales del mundo, pese a lo cual se ha descubierto que han cometido actos de tortura y ejecuciones extrajudiciales", ha proseguido. "Esto pasa en todos los Ejército", ha añadido.

Coulibaly ha admitido que "la gente está muy indignada contra los tuaregs" y ha asegurado que el Gobierno está "buscando la forma de reparar las relaciones (entre los tuaregs y el resto de la población) para cuando concluya la guerra".

Abusos de los rebeldes

Por otra parte, las organizaciones de Derechos Humanos también están recopilando informaciones sobre los abusos cometidos por los rebeldes islamistas con vistas a la denuncia presentada ante la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI), que ha admitido el caso a trámite.

Concretamente, se están recogiendo datos sobre los abusos cometidos por los islamistas en las ciudades de Gao, Kidal y Tombuctú, aprovechando que los bombardeos franceses han permitido aflojar el control que mantienen los insurgentes en estas ciudades del norte.

"Hemos reunido numerosas evidencias sobre crímenes sexuales cometidos por los rebeldes", ha declarado Sékou Konaré, de la Federación Internacional de Derechos Humanos. "Acabamos de regresar del norte", donde su delegación ha conseguido "resultados de pruebas médicas y certificados médicos" relativos a las víctimas de los abusos, ha añadido.

"Justo hasta el comienzo de los bombardeos, los islamistas habían estado decapitando a personas en Konna", ha denunciado el vicepresidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Amadou Bocar Teguete. "Aún no sabemos el alcance total de esto, pero tenemos a gente sobre el terreno" para determinarlo, ha asegurado.