Margaret Thatcher será despedida hoy en la catedral de St. Paul con los honores reservados en Gran Bretaña a las grandes figuras de la patria. A pesar de no tratarse, en términos de protocolo, de un funeral de Estado, en la práctica la exprimera ministra disfrutará de similar pompa y parafernalia. En plena época de recortes, el Gobierno del conservador David Cameron considera plenamente justificado el coste de 10 millones de libras (11,6 millones de euros), en un funeral polémico, de dimensiones desmedidas y elevado tono político. El acto estará presidido por la reina Isabel, en un gesto que rompe con la tradición y puede ser interpretado como contrario a la imparcialidad de la Corona.

La propia Thatcher había diseñado minuciosamente su funeral, decidido los salmos que deberán ser leídos, los himnos que sonarán durante la ceremonia religiosa y quiénes harán las recitaciones. Los últimos detalles han sido adoptados de común acuerdo entre la familia y la cúpula conservadora.

Los restos mortales de la dirigente política británica más controvertida de la segunda mitad del siglo XX fueron trasladados ayer a la capilla de St. Mary Undercroft, en el Palacio de Westminster, sede del Parlamento británico. Familiares, amigos y diputados visitaron el féretro que estaba cubierto con la bandera británica. Desde allí partirá a las diez de esta mañana el cortejo fúnebre.

Unas 2.000 personas asistirán a las exequias, con una nutrida representación internacional. Por parte de España acudirán el actual ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y Esperanza Aguirre. Rusia no enviará ningún representante y tampoco Argentina. Thatcher lanzó en 1982 la guerra relámpago para recuperar las islas Malvinas. La disputa por la soberanía se ha recrudecido últimamente. La presidenta argentina, Cristina Férnandez, no ha sido invitada, en un gesto que en Buenos Aires se ha interpretado como un desaire provocador. La embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, ha optado por no acudir.

Los militares

Entre los 700 militares que hoy rendirán homenaje a la difunta ocuparán un lugar preferente los miembros de los cuerpos que lucharon en aquella contienda.

El desfile por las calles de tan grandioso funeral implica unas medidas de seguridad extraordinarias. En torno a 4.000 policías tratarán que la jornada discurra sin incidentes. Un grupo de manifestantes pretende protestar durante el funeral, según Scotland Yard, que ha prometido «arrestar a quienes cometan actos delictivos y violentos». Hay también fiestas organizadas en otras ciudades como Glasgow, la cuenca minera de Durham y Liverpool, lugares donde Thatcher no era muy popular. En la ciudad norirlandesa de Derry, ha habido en los últimos días algunos incidentes violentos y hay prevista una manifestación en el barrio católico de Bogside tras el funeral. La policía ha reforzado sus efectivos y el viceministro principal del Sinn Féin, Martin McGuinness, ha pedido que cesen las celebraciones.