Cientos de ciudadanos han despedido en las calles de Seúl a la activista Kim Bok-dong, víctima y símbolo de la esclavitud sexual que sufrieron miles de mujeres a manos de las tropas imperiales de Japón durante la segunda guerra mundial.

La agencia surcoreana Yonhap cifró en más de 1.000 las personas que se reunieron frente al Ayuntamiento de la capital surcoreana para rendir homenaje a la anciana, que falleció el pasado lunes por un cáncer a los 93 años.

Kim Bok-dong fue una de las víctimas de la violencia sexual que ejercieron los soldados japoneses sobre la población femenina de Corea del Sur, y dedicó su vida a defender a las supervivientes de unos abusos que comenzaron en los años 30 y duraron hasta el final de la guerra.

Los participantes del homenaje marcharon tras el vehículo que transportaba el ataúd de la reconocida activista portando 93 banderines, como símbolo de la edad de la anciana según el sistema coreano.

Un altavoz que emitía grabaciones de la voz de Kim acompañó la comitiva, que terminó frente a un edificio que fue la antigua sede de la embajada japonesa en Seúl.

Algunos de los participantes que se unieron a la marcha portaban mariposas amarillas de papel, mientras que otros llevaban banderines con el mensaje: "Que ella vuele como una mariposa".

Otra de las ancianas supervivientes y varios miembros del Consejo Coreano para la Justicia y el Recuerdo también rindieron tributo a la activista.

Kim era una de las últimas antiguas esclavas sexuales que quedaban con vida, que ahora son 24, según el registro del Gobierno surcoreano.

Los surcoreanos recibieron con lágrimas el coche fúnebre de la mujer que durante décadas abogó por las 200.000 niñas y adolescentes -la mayoría coreanas pero también chinas- que se calcula que fueron usadas como esclavas sexuales por los militares nipones.