"¿Ya está preparado para volver a casa, señor presidente?". Barack Obama se hace el loco y el periodista se queda sin respuesta. "¿Preparado, señor presidente?". Vuelve a intentarlo de nuevo el mismo reportero indiscreto que estaba cubriendo la visita privada de los Obama al zoológico de Honolulu. "¡No!", responde airada una de sus hijas. Al igual que para el común de los mortales, las vacaciones para el actual inquilino de la Casa Blanca y su familia pasan demasiado rápido y son cortas por naturaleza.

Aunque anecdótica, la escena que se vivió el lunes por la tarde a las afueras de Honolulu fue uno de los pocos momentos en los que la prensa tuvo a tiro a Obama durante sus casi dos semanas de vacaciones en una lujosa vivienda alquilada frente a Kailua, una de las mejores playas de Hawái.

A diferencia del año pasado, cuando un terrorista nigeriano le aguó las fiestas intentando hacer estallar un avión en pleno vuelo el día de Navidad, esta vez el presidente sí pudo disfrutar con tranquilidad de su familia y varios amigos. Antes de abandonar el archipiélago, Obama llevó a sus hijas a visitar la tumba de su abuelo en el Cementerio y Memorial Nacional del Pacífico.

Atrás quedan el sol y la arena, los chapuzones, los helados y los granizados, las partidas de golf con los amigos, y las visitas al zoológico con Sasha y Malia. También las inmersiones en la bahía de Huanauma para contemplar peces, las mañanas haciendo ejercicio en el gimnasio o los atardeceres devorando la biografía que Lou Cannon escribió hace ya dos décadas sobre uno de sus predecesores, el republicano Ronald Reagan.

Hombre de costumbres, aprovechó la Nochevieja para celebrar con su familia y amigos su tradicional concurso de talentos que repiten año tras año y en la que todos tienen obligación de aportar su granito de arena con alguna actuación. El portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton, se negó estos días a revelar qué hizo el presidente, pero la revista Time cuenta que otros años Obama se arrancó con You are the sunshine of my life , y que Michelle Obama se atrevió con una demostración de hula hoop.

Rumores

Como todos los años tampoco podían faltar rumores como el que asegura que Michelle Obama está embarazada de dos meses o las críticas al presidente por el elevado coste de sus vacaciones, que algunos medios han llegado a cifrar en más de un millón de euros. Pero nada mejor que unas buenas vacaciones para preparar el inicio de la segunda parte de su mandato, que se avecina cuando menos interesante después del revés que sufrió su partido en las urnas en noviembre. El presidente vuelve a Washington con las pilas cargadas para otro curso político marcado por un nuevo reparto de poderes en el Capitolio, con mayoría republicana en la Cámara de Representantes y menos margen de maniobra demócrata en el Senado.

Y aunque Obama retrasó dos días sus vacaciones, seguro que no se arrepiente ya que su popularidad se ha visto fortalecida tras sus últimas victorias legislativas en asuntos como los impuestos, la ratificación del tratado de desearme nuclear con Rusia, vital para su política exterior, o el final de la discriminación que sufrían gais y lesbianas en el Ejército. La última encuesta de Gallup revela que su índice de aprobación vuelve a estar por encima del 50%.