A pesar de las presiones internacionales a Siria, el régimen de Bashar al Asad continúa con su política de reprimir cualquier atisbo de oposición. Uno de los últimos ejemplos de brutalidad de las fuerzas de seguridad sirias se produjo el domingo en la ciudad de Dir Zour, donde agentes del régimen dieron una brutal paliza a un adolescente de 14 años que se había negado a participar en una manifestación organizada por el régimen en contra de la decisión de la Liga Árabe de suspender a Siria como país miembro de la organización. No contentos con ello, los agentes dispararon al joven en dos ocasiones, todo ello delante de sus horrorizados compañeros de colegio, según ha denunciado el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.

Los hechos ocurrieron después de que efectivos de las fuerzas de seguridad sacaran a un grupo de estudiantes de una escuela de Dir Zour y les llevaran hasta la calle donde les obligaron a participar en la protesta contra la Liga Árabe. Cuando los estudiantes se negaron a tomar parte en la marcha y pidieron permiso para irse a casa, las fuerzas de seguridad arrestaron al joven Mohamed Abdul Salam Al Mlaessa, que se había dirigido a los agentes para decirles, en nombre de sus compañeros, que no querían tomar parte en la manifestación.

A continuación le dispararon un tiro a la altura del pecho y empezaron a apalearle durante varios minutos delante de todos sus compañeros. A pesar de que el joven sangraba abundantemente, el responsable de la unidad ordenó a los agentes que le dispararan de nuevo para asegurarse de que fallecía. Tras un segundo disparo en el costado, el chico, efectivamente, murió.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha urgido a la comunidad internacional y a la Liga Árabe, que intervengan para proteger los derechos de la población civil y especialmente de los niños.

Este caso se conoce justo el día en que la Liga Árabe debate si hace efectiva la suspensión de Siria del organismo como castigo por su política de violencia contra los opositores.