Lugar de nacimiento: Rafa (Gaza), hace 57 años.

Cargo: Asesor del ex primer ministro Ismail Haniya.

Trayectoria: Dirigió un centro de análisis en Washington (1990-2004)

Ahmed Yusef es la cabeza pensante de Hamás y el brazo derecho de Ismail Haniya, a quien en Gaza siguen considerando primer ministro pese a que fue destituido por el presidente palestino, Mahmud Abbás. Después de vivir dos décadas en EEUU, Yusef habla el lenguaje de Occidente y sus artículos aparecen a menudo en la prensa internacional. Ahora vuelve a insistir en la oferta de una tregua con Israel e incluso en la voluntad de estudiar cualquier iniciativa de paz. Eso sí, "si Israel quiere guerra", afirma fuera de micrófono, "la tendrá".

--¿Qué significan en la práctica las nuevas medidas israelís?

--Israel busca aumentar la presión para derribar al Gobierno de facto en la franja de Gaza de Haniya, o aplastar, en su defecto, la voluntad de la gente en Gaza. Pero si hemos sido capaces de hacer frente a la ocupación y a las sanciones internacionales, con la ayuda de Dios, también ahora podremos sobreponernos. Estas medidas violan la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe el castigo colectivo y obliga al poder ocupante a satisfacer las necesidades básicas de la población ocupada, y confiamos en que esta vez la comunidad internacional hará algo para detenerlas.

--Haniya negocia con las facciones para detener los Qasam. ¿Están cocinando una tregua?

--La semana pasada se habló mucho de una tregua. Algunos israelís, cuatro o cinco rabinos, se pusieron en contacto con nosotros para ver cómo la comunidad religiosa podía mediar en una tregua. Les dijimos que seguimos interesados en un alto el fuego total si Israel detiene las incursiones en territorio palestino. También que podemos convencer a todas las facciones. Pero ahora, con estas nuevas medidas no sé lo que pasará.

--¿Podrán detener los Qasam?

Hemos dicho siempre que estamos listos para un alto el fuego. Estos cohetes son artesanales y se emplean como reacción a los asesinatos e incursiones.

--Pero Hamás lo controla todo, armas incluidas. Sin su permiso nadie mueve un dedo...

--No es cierto. Todos los movimientos de resistencia tiene sus propias formas de obtener las armas, usarlas y almacenarlas. Eso sí, si hay una oferta israelí nuestro Gobierno será capaz de persuadirlos. Intentamos convencer al mundo de que queremos lograr la paz y estamos dispuestos a unirnos a una iniciativa europea o de cualquier otro país. Por eso no hemos llevado a cabo ninguna operación seria.

--¿No es cruel seguir lanzando Qasam cuando es la población la que paga las consecuencias?

--Todos sufrimos. El primer ministro no puede ver a sus hijos ni dormir en su casa. Yo tampoco. No solo sufre la gente pobre. Y sabemos por qué sufrimos. Todo el dinero, la libertad y la ayuda internacional acaban en Ramala. Aquí pensamos que llegó la hora de que Israel pague el precio de la ocupación. Desde Oslo han pasado 14 años y solo los palestinos sufren el inmovilismo.