Zahedán Nasrollah Shanbehzahi, un iraní de confesión suní, fue ahorcado ayer ante varios cientos de personas después de ser condenado a muerte por un tribunal como presunto autor material del atentado con coche bomba perpetrado la semana pasada contra un autobús de Guardianes de la Revolución. El autor del ataque, que causó 11 muertos y varios heridos, fue ejecutado en el mismo lugar donde se perpetró el brutal atentado.