Los milicianos del Ejército del Mehdi se debatieron entre la incredulidad y la cólera tras conocer la noticia del ataque que dejó herido a su líder, Moktada al Sadr, en la ciudad santa shií de Nayaf. Algunos amenazaron incluso con convertirse en bombas humanas.
"He escuchado la noticia y espero ser el primero en llevar a cabo una operación suicida contra los estadounidenses si Moktada me lo ordena --dice Alá Abed Mohamed, un joven de 22 años--. Estoy furioso, y eso me da el doble de energía para combatir", añade.
Infierno y paraíso
Cerca de la mezquita del imán Alí, Abú Sadjad al Jafadji, de 22 años, dice que él también está dispuesto a llegar a los extremos. "Si Dios le da a Moktada la oportunidad de convertirse en mártir, todos los soldados del Ejército del Mehdi se transformarán en bombas humanas contra las bases estadounidenses. Será el infierno para ellos y el paraíso para nosotros".
La determinación y el cansancio se leen en los rostros de los combatientes shiís. Algunos ni siquiera le dan crédito a la noticia. "Son mentiras. No me creo una palabra", dice Abú Alí, de 30 años. "No puede ser que haya sido herido, está protegido por Dios", agrega Abú Husein, de 42 años. Pero no pueden seguir hablando, deben volver al combate.
