"O ganan los pobres o perdemos todos", dijo ayer Alan García al asumir por segunda vez la presidencia peruana y anunciar un Gobierno "austero" y "moralizador" que incluye la drástica reducción de su propio salario así como el de congresistas, funcionarios públicos y diplomáticos.

El líder del partido aprista quiere usar esos ahorros en beneficio de "los que viven en la miseria". García llamó a "cumplir escrupulosamente" las leyes laborales y "erradicar la explotación". Se propone a su vez descentralizar el Estado y renegociar los contratos con las empresas extranjeras mineras y gasísticas "sin generar conflictos jurídicos internacionales".

El nuevo Gobierno recibe un país que crece desde el 2001 a un ritmo del 5% anual y acaba de firmar un tratado de Libre Comercio con EEUU que debe ser ratificado por el Congreso norteamericano.