Si le ataca un policía borracho "le autorizo a devolverle el golpe". Esa sugerencia del ministro de Interior ruso, Rashid Nurgaliev, revolucionó ayer a la sociedad y dividió a los medios de comunicación, que discutían sobre si el jefe de policía realmente se dio cuenta de lo que dijo. Las inauditas recomendaciones del ministro llegaron en respuesta a una avalancha de informaciones publicadas por la prensa rusa sobre agentes de policía que cometen distintos delitos y abusan del poder en estado de embriaguez. Tres agentes borrachos mataron el lunes en Moscú a un ciudadano de la rebelde región georgiana de Abjasia. Según la fiscalía rusa, uno de los agresores, Anver Ibragimov, golpeó a dos abjasios. Uno de ellos murió poco después a causa de las lesiones. Un día después, otro agente violó a una pensionista.

El jefe de la policía moscovita, general Vladimir Pronin, fue destituido en abril a causa de otro incidente sangriento. Un agente de alto rango provocó una masacre el día de su cumpleaños al matar a tiros a una cajera y a un hombre en un supermercado. También estaba en estado de embriaguez.

La frase casi proverbial "policía borracho" se ha convertido esta semana en una de las más populares en los buscadores rusos. Como resultado, el 56% de los ciudadanos dice que tiene miedo a la policía, según un estudio de la opinión pública. Otro sondeo del Centro Levada demuestra que el 68% de la población no confía en los agentes.

La policía rusa también ha sido duramente cuestionada en la prensa a causa de numerosas falsificaciones de casos criminales y de altos niveles de corrupción. Este mes, un policía del puerto de Novorossiisk, en el mar Negro, fue despedido por dirigirse al primer ministro, Vladimir Putin, a través de un vídeo en YouTube, para denunciar casos de corrupción de los altos mandos que encubrían la incapacidad de la policía para encontrar a los verdaderos criminales.