El Gobierno interino iraquí ha declarado la guerra a los insurgentes. El primer ministro, Iyad Alaui, anunció ayer la creación de un servicio de espionaje que se ocupará de la lucha antiterrorista e intentará infiltrar a los grupos que cometen atentados casi a diario. Alaui hizo este anuncio horas después de que el estallido de otro coche bomba, esta vez contra una comisaría de policía en la localidad de Haditha --a unos 200 kilómetros al noroeste de Bagdad-- causara 10 muertos y 40 heridos.

Entre las víctimas mortales del ataque se encuentran tres policías y siete civiles, incluidos dos niños y dos trabajadores de una entidad bancaria que pasaban por el lugar. La masacre se produjo justo un día después de que se produjera otro atentado con coche bomba en Bagdad, en la entrada a la denominada Zona Verde --que alberga la sede del Gobierno interino iraquí y la embajada de EEUU-- con el resultado de 11 muertos.

ACABAR CON LOS INSURGENTES Alaui se declaró dispuesto a no cejar hasta acabar con la insurgencia que mantiene sumido al país en un clima de caos. "Estamos decididos a desembarazarnos de las fuerzas terroristas con el establecimiento de un servicio de información interior, denominado Dirección General de Seguridad (DGS), que aniquilará a estos grupos de asesinos", afirmó Alaui.

"Vamos a derribar todos los obstáculos que se interponen en nuestro camino hacia la democracia. Acabaremos con el terrorismo", añadió el primer ministro interino.

Alaui presentó la creación de la DGS como un nuevo elemento de la reestructuración de los servicios de seguridad que han pasado a depender directamente de él. "Hemos empezado a integrar las fuerzas del Cuerpo de Defensa Civil (ICDC) en la Guardia Nacional, y hemos logrado este objetivo con la ayuda de Jordania, Egipto, los Emiratos Arabes Unidos y Marruecos", dice.

Por su parte, el ministro de Defensa, el jeque Hazem Chalán, reveló ayer que las fuerzas iraquís dieron muerte a 15 personas y arrestaron a otras nueve en una operación vinculada a los graves enfrentamientos con la guerrilla ocurridos el pasado 7 de julio en Bagdad.

En aquella fecha, los combates en la calle Haifa --en una zona de la capital donde abundan los simpatizantes del depuesto presidente Sadam Husein-- se desarrollaron durante cuatro horas. Dos miembros de la Guardia Nacional resultaron muertos y, además, hubo 19 heridos.