Las calles de Pristina recibieron con calma la propuesta de Ahtisaari. De hecho, los kosovares ya conocían desde hace unos días las líneas básicas de las recomendaciones, acogidas ayer más bien con indiferencia. "No hay nada nuevo --decía Ahmed--, aunque es bueno oír lo esencial: incluso si nadie pronuncia la palabra, vamos hacia la independencia".

Xevahir Kolgjini, profesor de Artes Plásticas en una universidad privada de EEUU, cree que "la opinión pública ha sido muy preparada", lo que explica la tranquilidad. "Desde hace semanas, la televisión serbia anunciaba que la propuesta preveía la independencia de Kosovo, y la TV kosovar prevenía de que la palabra independencia no iba a figurar. Pero eso preocupa menos a la gente de lo que se imaginan", explica. Aunque en su opinión, "la separación de Serbia es como la primera cita con una chica. Parece que está hecho, pero hasta el último momento temes que no venga".

CRITICAS A LA ONU Los militantes de Vetëvendosje! (Autodeterminación) tienen un discurso muy distinto. Críticos con el proceso, rechazan toda negociación y exigen la soberanía inmediata, sin condiciones. "Puesto que la propuesta no contiene la palabra independencia , está vacía", suelta Glauk Konjufca (25 años), uno de sus responsables. En la pared de su despacho hay carteles que llaman al boicot de los productos serbios.

Los jóvenes de Vetëvendosje! se divierten pintando las siglas de la ONU en los contenedores de basura. Acusan al organismo de gestionar el país en lugar de sus ciudadanos. Shota, realizadora de cortometrajes, cree que "la ONU debería preparar a Kosovo para ser un Estado independiente en vez de asistirnos e infantilizarnos". Krenar, un guardia de seguridad, piensa que "el tiempo de la venganza pasó. Aunque nadie olvida, todo el mundo espera la libertad y la posibilidad de consumir. La gente está dispuesta a concesiones".

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