El rey belga Alberto II encargó ayer al líder de los liberales francófonos (MR) y ministro de Finanzas, Didier Reynders, restablecer "en un plazo muy corto de tiempo" las condiciones para la reanudación rápida de las negociaciones sobre los problemas institucionales de Bélgica y, en especial, sobre la explosiva cuestión de la periferia de Bruselas.

Esta es la primera vez en la historia reciente que el monarca encarga a un dirigente de la minoría francófona la búsqueda de un compromiso en el endémico pulso que enfrenta a flamencos y francófonos. La designación de Reynders se hizo a petición de los partidos flamencos democristiano (CDV) y liberal (VLD), ya que consideran que "la pelota está ahora en el campo francófono". Los líderes de los partidos francófonos socialista (PS) y democristiano-humanista (CDH) respaldaron la iniciativa real.

SALVAR A BELGICA El bloqueo de la negociación sobre el control político y lingüístico de la periferia flamenca de Bruselas condujo a la caída del Gobierno el jueves, al abandonar los liberales flamencos (VLD) la coalición gubernamental de cinco partidos. Alberto II aún no ha aceptado la dimisión del primer ministro, el democristino flamenco Yves Leterme, e intenta que se reanuden las negociaciones institucionales para evitar una crisis de régimen.

Los partidos flamencos, que representan al 60% de la población, reclaman desde hace muchos años la escisión del distrito electoral y judicial que une Bruselas con los 35 municipios de su periferia flamenca con el fin de restablecer la homogeneidad política y lingüística de Flandes y consolidar la frontera lingüística de 1962 como frontera política de Flandes.

Reynders dispone de muy poco margen de tiempo para lograr un compromiso, porque los partidos flamencos planean imponer por la fuerza de su mayoría parlamentaria esa escisión el próximo jueves.