Entre fuertes medidas de seguridad y ante la presencia de numerosos medios de comunicación extranjeros, la ciudad holandesa de Rotterdam vivió ayer la toma de posesión de su nuevo alcalde. La investidura de Ahmed Aboutaleb, un musulmán nacido hace 47 años en Marruecos, fue recibida con aplausos dentro del ayuntamiento y con alguna tímida protesta en la calle. En su primer discurso, Aboutaleb, que llegó a los 14 años a Holanda, defendió su doble nacionalidad holandesa y marroquí. "Los inmigrantes deben integrarse por completo en su país de acogida, pero tampoco hay que exigirles que quemen todas las naves".

La llegada de un marroquí a la alcaldía de una ciudad de 582.000 habitantes es una primicia en Europa. El Reino Unido y Francia tienen algunos alcaldes inmigrantes, pero en pueblos pequeños.