El alcalde de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo ayer que está dispuesto a convertirse en presidente del país incluso "desde la cárcel", y, de momento, a "movilizar" al ayuntamiento y a sus seguidores contra el desafuero que el Congreso está a punto de aprobar para que sea juzgado por desacato a una sentencia de paralización de obras. Mientras las encuestas le siguen señalando como el favorito para las elecciones del 2006, el alcalde asegura que el desafuero es "una maniobra planeada por el Gobierno y el presidente, Vicente Fox".

López Obrador --conocido como AMLO-- dijo que las posibilidades de que en el 2006 la izquierda llegue al poder por primera vez en México son "mayores que nunca". El alcalde detalló su plan de Gobierno, basado en el crecimiento económico, el bienestar social, la estabilidad macroeconómica, el fortalecimiento democrático, y una política exterior "cautelosa, sin afán de protagonismo".

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que cuenta con 224 diputados, decidió el miércoles unir la mayoría de sus votos al centenar y medio de los del gobernante Partido Acción Nacional (PAN) para sacar adelante la votación de desafuero de AMLO, cuyo Partido de la Revolución Democrática (PRD) tiene 97 diputados. Un diputado priísta habló de "crimen político", pero otros estimaron que es la única manera de "apartar al populista incómodo".

MANIFIESTO EN LA CALLE Decidido a aguantar por medio de la "resistencia civil", el alcalde dijo que no pedirá "ni la libertad bajo fianza". En las calles, cientos de jóvenes repartieron un Manifiesto a la Nación con la siguiente denuncia: "El desacato es la contundencia en los resultados de su política social, que lesiona los intereses de quienes detentan el poder". López Obrador ha ganado popularidad con las ayudas a pobres y ancianos y con la construcción de segundos pisos en los cinturones de ronda de la capital.